¿Los mejillones pueden evitar el cambio climático? ¿Y las algas? El último estudio que está realizando la Fundación Observatorio Español para la Acuicultura (OESA) se centra en el papel que los moluscos bivalvos y alguna clase de algas puedan tener para mitigar el cambio climático, como sumidero de dióxido de carbono. 

El proyecto "Acuicultura y cambio climático" se realizará en 2013 y contará con la participación de la Universidad de Santiago de Compostela, la empresa Algaenergy y Apromar, la asociación que agrupa a las empresas de acuicultura marina, según ha informado hoy la Fundación Oesa, en un comunicado.

El presupuesto de esta iniciativa ascenderá a unos 130.000 euros, de los que la mitad, 65.000 euros, estarán financiados por la Fundación Biodiversidad (presidida por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente).

El objetivo del proyecto es "sentar las bases" acerca de las interacciones entre la actividad acuícola y el clima, según la misma fuente.
En una primera etapa, los investigadores estudiarán cómo la acuicultura puede paliar el cambio climático a partir de las conchas de los moluscos bivalvos y de las algas en la captación de CO2.

En paralelo y en coordinación con el sector, está prevista la adopción de estrategias que puedan tener un impacto ambiental positivo mediante el cálculo de la huella de carbono, el análisis del ciclo de vida y la tasa de retorno energético, tanto en especies de crianza intensivas como en las extensivas.

Los trabajos se reforzarán con la edición de una guía para el cálculo de huella de carbono en las empresas acuícolas, que permitirá que los más de 5.500 establecimientos del sector puedan hacer una estimación y proponer las medidas necesarias para reducirla, según la Fundación Oesa.