WWF ha presentado el informe 'Autopistas salvajes. Propuesta para una red estratégica de corredores ecológicos entre espacios de la red Natura 2000', un estudio realizado por expertos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes, Forestal y del Medio Natural de la Universidad Politécnica de Madrid.

En la presentación del estudio han participado la secretaria de Estado de Medio Ambiente, María García Rodríguez; el director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Daniel Calleja, y el secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo.

Todos han coincidido al subrayar que España es el país europeo con la más rica y la más variada biodiversidad y el que más superficie aporta a la red Natura 2000, pero también la importancia de que los espacios protegidos no sean "islas" y estén conectados para favorecer el movimiento y dispersión de las especies, el intercambio genético y sean más resilientes frente a escenarios como el del cambio climático.

Los doce "corredores" prioritarios que se deberían proteger para garantizar la movilidad de las especies son: el del Cantábrico, el del Pirineo, Alto Ebro, el Portugués, Sierras Litorales del Mediterráneo, Duero, Sistema Central, Sistema Ibérico, La Mancha, Sierra Morena y Montes de Toledo, Sierras Béticas y Atlántico Sur.

Además, dentro de esos doce corredores, el estudio ha señalado 17 "zonas críticas" por su fragilidad, debido al alto riesgo que existe de que se transformen o de que se eliminen, ya que discurren por áreas caracterizadas por un uso muy intensivo del suelo.

Estas zonas "críticas" son: Ebro Medio; Ebro Oriental; Duero Medio; Arribes del Duero-Aliste; Almazán-Sierra de Guadalajara; Guadarrama-Alberche-Tiétar; Tajo Medio-Alto; Tajo Medio-Bajo; Mancha Oriental; Albacete-Almansa-Hellín; Guadiana Medio-Zújar; Azuaga; Campiña de Sevilla; Campiña de Córdoba-Antequera; Guadix-Baza, Campiña de Cádiz; y Doñana Litoral-Río Tinto.

Daniel Calleja ha subrayado que la premisa fundamental sobre la que se asienta la red Natura 2000 es la de la conectividad de los espacios; "áreas protegidas sí, pero conectadas entre sí", ha señalado el director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, y ha recordado que esa red es el principal instrumento para la conservación de la biodiversidad del que se ha dotado la UE.

Ha incidido en que el Medio Ambiente "no conoce fronteras", en que la red Natura 2000 debe ser "el corazón" de las infraestructuras verdes de la UE y en que Europa debe contar, además de adecuadas redes de carreteras, de comunicaciones o de energía, con "corredores verdes" que contribuyan a la conservación de la biodiversidad.

"La inversión en la naturaleza es siempre la más rentable, porque es la mejor garantía para el futuro", según Calleja, quien ha incidido en que la protección de la naturaleza contribuye de una forma importante a crear empleo y riqueza.

La secretaria de Estado se ha referido a la "extraordinaria" fragmentación del territorio que existe en Europa y a cómo esa fragmentación dificulta la conectividad de las especies, y aunque ha asegurado que en España el problema es menor que en otros países europeos, ha coincidido en la importancia de trabajar para mejorar la conectividad de los espacios y evitar su aislamiento.

María García ha adelantado que el Gobierno tendrá en cuenta esa necesaria conectividad de los espacios en la Estrategia Nacional para la Infraestructura Verde, Conectividad y Restauración Ecológica que el Ejecutivo aprobará en los próximos meses, con el objetivo de favorecer la conservación de la biodiversidad y la funcionalidad de los ecosistemas.

Para el secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, el estudio ha identificado las doce "autopistas" que las administraciones públicas deben "rescatar", y ha reclamado fondos específicos para acometer la restauración de esos corredores ecológicos.

Del Olmo ha asegurado que la fragmentación de los hábitats y la pérdida de biodiversidad asociada es uno de los principales problemas del planeta, y ha criticado que las principales infraestructuras (carreteras, autovías, líneas de alta velocidad o embalses) se han diseñado sobre "mapas mudos" sin tener en cuenta la fragmentación del territorio y del paisaje y la pérdida de biodiversidad que eso provoca.