El dispositivo especial de la DGT contará con cerca de 6.000 agentes de Tráfico de la Guardia Civil, más de 800 funcionarios y personal técnico de supervisión. Además de 13.000 empleados encargados de la conservación de carreteras, así como efectivos de emergencia.

Habrá más controles de alcohol y otras drogas y de velocidad. Y Tráfico aumentará la vigilancia en carreteras convencionales, con el despliegue, entre otros sistemas de control, de radares colocados en ocho helicópteros Pegasus.

Además, Tráfico instalará carriles adicionales y reversibles con conos en los momentos de mayor afluencia circulatoria, limitará la circulación de vehículos pesados y con mercancías peligrosas y hará recomendaciones de itinerarios alternativos.

La DGT espera que los problemas circulatorios más importantes se presenten durante la tarde del miércoles en las salidas de los grandes núcleos urbanos, para luego trasladarse a última hora de la tarde o primeras horas de la noche a las zonas de destino.

El jueves por la mañana también se prevé tráfico intenso en las salidas de las grandes ciudades, por lo que se prestará especial atención en los accesos y travesías de aquellas poblaciones que celebran festividades.

Las zonas más frecuentadas serán las zonas de descanso, turísticas de costa y montaña, los desplazamientos de corto recorrido a zonas de segunda residencia y de ocio cercanas a núcleos urbanos, así como desplazamientos a poblaciones que celebran sus fiestas populares, principalmente en Aragón.

También el sábado habrá atascos en las salidas de las principales ciudades hacia zonas de ocio, en tanto que el domingo se prevé que comience el retorno de dicha operación.