Los autores, de este estudio, describen los efectos beneficiosos para la estructura y la función del cerebro que conlleva este tipo de ejercicio, y reconocen que no queda claro si podrían conseguirse los mismos resultados un entrenamiento de alta intensidad con periodos de descanso o recuperación.

También explican que la singularidad genética, de cada persona, podría condicionar los efectos de dicha actividad física en la neurogénesis, si no se ha estudiado suficiente. 

En su estudio, los investigadores de los departamentos de Psicología y Biología de la Actividad Física estudiaron los efectos de diferentes pautas de ejercicio en ratones adultos, entre los que había unos que estaban modificados genéticamente para beneficiarse de un ejercicio aeróbico.

Durante 6 a 8 semanas realizaron diferentes pruebas físicas como correr, un entrenamiento más intenso u otro de resistencia, y se compararon los resultados con un grupo de roedores que llevaban una vida más sedentaria en una jaula.

El resultado es importante porque, de acuerdo con investigaciones anteriores, las nuevas neuronas del hipocampo producidas como resultado de la neurogénesis son claves para el aprendizaje temporal de tareas complejas.