El compuesto, un inhibidor de la activación de los linfocitos T, es resultado del trabajo de 32 investigadores españoles del CSIC, el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), y del Hospital de la Princesa de Madrid, principalmente.

El estudio, dirigido por Balbino Alarcón del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, se ha publicado en Science Translational Medicine.

Este nuevo fármaco ha sido probado en voluntarios sanos y ha superado las pruebas de toxicidad, al contrario que muchos de los tratamientos actuales de enfermedades autoinmunes que están basados en el uso de anticuerpos y se administran vía intravenosa, se ingiere vía oral y tiene, además, un efecto de larga duración.

El compuesto permite, al menos en ratones, que el cuerpo active la respuesta natural contra los patógenos (virus, bacterias, parásitos u hongos) a la vez que es efectivo en dolencias autoimunes.