El equipo del iCor de Can Ruti, liderado por el doctor Antoni Bayés-Genís, ha llevado a cabo el primer ensayo en humanos para reducir las cicatrices cardíacas derivadas del infarto a través de tejido adiposo rico en células madre del propio corazón. 

Se trata, según ha informado el hospital, de una técnica que, aparte de ser novedosa, es sencilla y segura ya que no requiere manipulación de células en el laboratorio y se puede realizar en cualquier quirófano. 

Esta pionera técnica se denomina AGTP, por sus siglas en inglés de "procedimiento de transposición de un injerto adiposo". El procedimiento consiste en la disección de una parte del tejido graso cardiaco manteniendo sus vasos sanguíneos para recubrir y nutrir el área de la cicatriz cardíaca. 

Cuando se produce un infarto de miocardio, la sangre deja de circular y de nutrir correctamente las células del músculo cardíaco y como consecuencia una parte del tejido del corazón queda muerta, formando una cicatriz que puede conllevar insuficiencia cardiaca y muerte súbita, así como pérdida de calidad de vidan, tal como ha explicado Bayés-Genís.

Esta nueva técnica supone un gran paso que ha podido llevarse a cabon gracias a la colaboración  entre los investigadores del iCor y el Servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital Germans Trias, la Clínica Cruz Blanca y el Instituto de Ciencias del Corazón (ICICORELAB). 

Este primer ensayo abre la puerta a probar la eficacia de la AGTP en una población mayor, por lo que los médicos están iniciando un nuevo estudio clínico donde participarán diferentes centros hospitalarios de toda España.