En el año 2015, los países de la Unión Europea informaron que habían surgido 60.000 nuevos casos con estas dos infecciones. En 2015, en Europa se diagnosticaron cerca de 60.000 nuevos casos de estas dos infecciones, de los cuales 24.573 eran hepatitis B y 34.651 hepatitis C.

En el estudio se han encontrado con grandes diferencias entre países debido a la dificultad en la detección de los casos porque hay demasiadas infecciones que permanecen sin diagnosticar, en su mayoría en países de la Unión Europea, según los investigadores. Según otro estudio, son menos del 50% de los países los que tienen pruebas específicas para detectar estas infecciones, por esto, señalan, existe una clara necesidad de que los países mejoren la calidad e integridad de la vigilancia, especialmente cuando hablamos de transmisión.

La 'Comisión Europea' aclara que está comprometida en plenitud y tienen el deseo de acabar con el VIH y la tuberculosis para 2030, al igual que reducir la hepatitis. Por ello llevan a cabo programas de prevención y pruebas en todos los lugares, incluso en los países más pobres para reducir las desigualdades sanitarias.

En la actualidad, los expertos indican que hay que realizar grandes esfuerzos tanto para reducir el sufrimiento de los pacientes, como para minimizar los costes que la hepatitis origina en el viejo continente.