Desde el pasado mes de marzo se han logrado grandes avances en investigación. Cuando en marzo de 2020 se declaró el confinamiento nacional, era impensable imaginar una perspectiva de lograr una vacunación masiva para combatir al virus en cuestión de meses.

La vacuna Pfizer fue la primera en llegar a nuestro país el pasado diciembre, seguida de la Moderna y la de Astrazeneca. Esta última se está administrando a personas menores de 55 años, pertenecientes a grupos prioritarios como farmacéuticos, policías o personal sanitario.

Esta fórmula precisa de un periodo de 10 o 12 semanas entre dosis, y su respuesta es muy eficaz frente a la enfermedad grave.

Una de las principales ventajas de esta vacuna es que en caso de que una persona vacunada con ella se infecte de la Covid-19, se reduce la transmisión a terceras personas. Por lo que los vacunados podrían tener una portación del virus muy baja o nula, lo que reduciría e impediría la transmisión del mismo.

La vacuna de la compañía alemana Curevac, actualmente se encuentra en la fase 3 de ensayos clínicos, tiene la ventaja de que puede conservarse a temperaturas estándar entre 2ºC y 8ºC. Los ensayos se están llevando a cabo también en España. Es de ARN mensajes y está previsto que, si todo va bien, vea la luz pronto.

En cuanto a la vacuna Johnson&Johsnon/Janssen, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) recibió una solicitud de su autorización para ser comercializada, bajo un procedimiento acelerado, puede ofrecer una protección frente a la enfermedad grave muy elevada, del 85%.

La vacuna de la farmacéutica Novavax se encuentra en fase III de ensayos clínicos y ha obtenido buenos resultados con una eficacia de hasta el 90% en 15.000 voluntarios de Reino Unido, aunque en Sudáfrica su eficacia se ha visto disminuida ante la cepa que está circulando por el país.

En febrero la Agencia Europea del Medicamento inició el proceso de revisión continuada de la vacuna, conocido como rolling review.

Las primeras vacunas en llegar han sido la de Pfizer-BioNtech ('Cominarty') y Moderna. Ambas tienen una eficacia superior al 94% y se basan en la tecnología de ARNm o ARN mensajero, y se inoculan en dos dosis. La de Pfizer con una separación de 21 días, mientras que la Moderna necesita de 28 jornadas.

La de Pfizer debe conservarse a menos 80 grados y la moderna a -20 grados, pero una vez descongeladas duran hasta 30 días a temperaturas entre -2 y -8 ºC.

La vacunación disminuye de forma considerable las posibilidades de desarrollar un cuadro grave de la enfermedad y de morir, aunque en la actualidad se desconoce la duración de la protección que ofrecen las vacunas disponibles.