Investigadores de Estambul han trabajado para comprender qué prueba es la más apropiada para cada circunstancia. "El diagnóstico y el aislamiento rápido son los factores clave para la prevención de la pandemia", según ha recordado uno de los autores.

Las pruebas que se dirigen a los genes del virus, conocidas como ensayos de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa en tiempo real, son el estándar para las pruebas. Pero según la FDA norteamericana estos podrían dar falsos negativos.

Estas pruebas dependen de la presencia de anticuerpos, que pueden no haberse desarrollado en las primeras etapas de la infección. Al aparecer diferentes anticuerpos en diferentes etapas, las pruebas de diagnóstico deben elegirse para apuntar a la respuesta inmune adecuada en función de cuándo se cree que el individuo ha sido infectado.

El grupo de investigadores ha destacado las pruebas en el punto de atención como un objetivo urgente. Este tipo de pruebas ayudaría a detectar el virus in situ sin la necesidad de equipo de laboratorio o personal especializado, reduciendo el tiempo de espera entre la prueba y los resultados.

Los investigadores consideran que la prueba más cómoda depende del método de muestreo y su sensibilidad. Un análisis de sangre en la yema del dedo o una prueba de saliva podrían ser válidas, aunque tienen sus inconvenientes, como "problemas de precisión y especificidad", según concluye el autor principal del estudio.