Un equipo del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Córdoba y el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) han comprobado, por primera vez, el potencial de las muestras de sudor para conocer la gravedad de la apnea del sueño.

La Universidad de Córdoba ha explicado este martes en un comunicado que las alteraciones del metabolismo de las personas con apnea del sueño son clave para conocer el grado de la enfermedad. Esos cambios se suelen analizar en sangre u orina, pero este estudio busca una alternativa menos invasiva y más accesible como es el sudor nocturno.

"Analizando el metabolismo del sudor y sus alteraciones, principalmente durante la noche, pudimos ver en qué fase de la enfermedad estaban los pacientes", ha señalado Laura Castillo, la autora principal del estudio. Para ella, las ventajas de usar el sudor frente a otras muestras son claras, ya que "es una muestra no invasiva y limpia ya que, al contrario de lo que pasa con la sangre, no tenemos que eliminar proteínas y es mucho más fácil de analizar y detectar los metabolitos".

En este estudio se analizaron las muestras de sudor de antes y después de dormir de una serie de personas con apnea del sueño en diferentes estadios, así como de un grupo control sin la enfermedad. En esas muestras se identificaron 78 metabolitos y se estudiaron sus cambios, mayoritariamente relacionados con la producción de energía y el estrés oxidativo. "

Pudimos ver cómo el propio metabolismo del sudor avisa de esas alteraciones durante el sueño en las que a la persona le empeora la producción de energía y le aumenta el estrés oxidativo", ha asegurado Castillo. Así, con un seguimiento personalizado a través del sudor excretado durante el sueño de una persona con la enfermedad, se ha podido conocer la evolución de la enfermedad y vigilar los posibles efectos derivados, como los problemas cardiovasculares.

Además, este perfil metabolómico también ha permitido, en el ensayo, discernir entre aquellas personas que sufrían la enfermedad y aquellas que no la tenían y pertenecían al grupo control. Además de establecer el sudor como un buen centinela a la hora de conocer el estadio de la enfermedad, este trabajo también revela la importancia de tener en cuenta el índice de desaturación de oxígeno a la hora de diagnosticar la enfermedad