En estos trastornos, la falta de suministro de sangre a los tejidos afectados inicia una vía de señalización que en última instancia detiene la producción de moléculas de ATP que liberan energía, una sentencia de muerte para la mayoría de las células.

Por ello, investigadores de la Universidad Ben-Gurión del Néguev, en Beerseba, (Israel), mediante el empleo de derivados del péptido de la humanina (moléculas compuestas a partir de los vínculos que entablan ciertos aminoácidos) están trabajando para interrumpir este proceso, lo que supone adquirir un tiempo fundamental para los tejidos cuyos mecanismos celulares les han hecho detenerse.

"Estos hallazgos podrían proporcionar un nuevo compuesto para desarrollar terapias farmacológicas para enfermedades relacionadas con la necrosis, como lesión cerebral traumática, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio, condiciones para las cuales no hay tratamientos efectivos basados en fármacos disponibles en la actualidad que funcionan bloqueando la necrosis", afirma Abraham Parola, profesor de Química Biofísica en la Universidad Ben-Gurión del Néguev.

Los derivados de humanina trabajan para contrarrestar la disminución de los niveles de ATP causada por la necrosis. Los investigadores probaron la eficacia de los análogos de humanina AGA(C8R)-HNG17 y AGA-HNG en el tratamiento de células neuronales con estos péptidos antes de la exposición a un agente necrótico. Los experimentos fueron un éxito, según los científicos.

El trabajo previo de Parola se ha centrado en la dinámica de la membrana y el mecanismo de acción de los fármacos antiangiogénicos, que provocan hambre a los crecimientos tumorales malignos, impidiendo el suministro de nutrientes y oxígeno a los tejidos de rápido crecimiento, además de varios otros medicamentos biofísicos y moleculares y temas de diagnóstico.

"Un reciente documento publicado por nuestro equipo sugirió la participación de cardiolipina, un fosfolípido en las membranas mitocondriales internsa, en el proceso necrótico, explica  Parola. Durante este trabajo, nos tropezamos con la humanina y estábamos intrigados por su efecto antiapoptótico y, por extensión, un efecto antinecrótico".

El profesor y su equipo también realizaron estudios mediante el tratamiento de ratones que habían tenido lesiones cerebrales traumáticas con un análogo de HNG17, lo que redujo con éxito la acumulación de líquido craneal y una disminución de las puntuaciones de gravedad neuronal de los roedores, una medición en la que un número más alto se corresponde con mayores grados de alteraciones neurológicas motoras.

Como los péptidos que emplearon son derivados de la humanina de origen natural, un tratamiento ideal podría implicar un sistema de administración de fármacos con HNG17 como compuesto líder, un proceso ayudado por la capacidad de los péptidos para penetrar la membrana celular sin el uso de reactivos adicionales.