El estudio, publicado en la revista 'Nature Communication', ha contado con la participación de investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, el Institut Català d'Oncología (ICO), el Vall d`Hebron Institut d'Oncologia (Vhio), el Institut de Recerca Biomèdica (IRB Barcelona), la Universidad de Oviedo y el Ciber del cáncer (Ciberonc), ha tenido como principal conclusión que la acumulación "muy destacada" del platino en las células sanas que rodean el tumor se mantiene hasta dos años después de acabarlo y puede provocar una menor sensibilidad al tratamiento.

Los investigadores que han participado en este trabajo han determinado que los niveles de la proteína periostina son "un buen marcador de respuesta a la quimioterapia" debido que son un indicador de un proteína que, acumulada en unas células sanas llamadas fibrobastos, provoca que estas faciliten la progresión de las tumorales. Así, observaron que las respuesta a la quimioterapia era mala en personas con un alto nivel de periostina, al alza después de recibir el tratamiento.

Estos descubrimientos abren la puerta a una estrategia oncológica de precisión que podría permitir una acción más personalizada gracias al conocimiento de la resistencia a los tratamientos.