El calcio es el mineral mayoritario de nuestro organismo, el cual se encuentra principalmente en los huesos y los dientes (99%).

La presidenta de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ) afirma que nuestro organismo no es capaz de sintetizar calcio, por lo que es imprescindible incluir alimentos ricos en este mineral en nuestra dieta.

Los lácteos no solo son la principal fuente de calcio, sino que también tienen una alta biodisponibilidad, lo que significa que nuestro organismo utiliza mejor el calcio de los lácteos que el de otros alimentos puesto que es más fácil su absorción, como ocurre con la vitamina D y la lactosa.

En el caso de los alimentos de origen vegetal que aportan calcio, su aprovechamiento es menor porque contienen sustancias como ‘fitatos’ y ‘oxalatos’ que disminuyen el porcentaje de absorción mineral.

A partir de los 40 años, cuando se empiezan a hacer notorios los primeros síntomas de desgaste, resulta importante añadir mayor cantidad de este nutriente a tu dieta para prevenir las consecuencias de la edad.

Cabe destacar que los alimentos en los que lo encontramos en mayores cantidades de calcio son: la leche y derivados, el pescado (especialmente los que pueden ingerirse con espinas), los mariscos, frutos secos, cereales integrales, verduras de hoja verde, legumbres y el tofu.