La base patógena de la fibrosis pulmonar es una alteración en el mecanismo de reparación que se activa cuando se produce un daño en el epitelio alveolar. Como el tejido pulmonar depende su capacidad de reparación y este no puede regenerarse, un tejido fibriotico sin funcionalidad respiratoria invade el espacio alveolar. Si su origen es desconocido se denomina fibrosis pulmonar idopática, y cuando al menos dos miembros de una familia la padecen se denomina fibrosis pulmonar familiar.

El 25% de los pacientes con el tipo idiopático, y hasta el 50% de los que padecen fibrosis pulmonar familiar, sufren una acortación de sus telómeros, una parte del ADN cuya función es proteger al material genético y servir como reloj biológico para el envejecimiento.

En concreto, la prueba del CSIC, que va a ser aplicada a unos 230 pacientes de distintos centros hospitalarios de España, mide la longitud de los telómeros para que posteriormente se puedan analizar y comprobar si tienen un acortamiento acelerado, lo cual significaría que favorecen a la aparición de fibrosis pulmorar, además de otras afecciones.

Sin embargo, las personas candidatas a someterse a esta prueba, que cuesta alrededor de 200 euros pero que se espera que en unos años esté financiada por el Sistema Nacional de Salud, son solo aquellas con fibrosis pulmonar idiopática menores de 60, aquellas con canas y menopausia precoces, las que se vayan a someter a un trasplante o aquellas que padecen fibrosis pulmonar familiar, anemia plástica o linfoma.

Con la muestra extraída de cada paciente, los profesionales médicos evalúan la longitud telomérica de su ADN en relación con la que presentan individuos sanos de la misma edad para, entre una y dos semanas después, derivar los resultados al neumólogo, quien en el caso de que exista la enfermedad puede aplicar un tratamiento de la forma más temprana posible.