Un estudio revela que el ruido causado por el tráfico en la ciudad de Madrid está relacionado con el aumento de la mortalidad en personas que padecen distintas patologías, y que sus efectos "inmediatos", es decir que el día después de una noche ruidosa por el tráfico crece la mortalidad.

El estudio, desarrollado por el Instituto de Salud Carlos III y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), revela que el ruido puede ser el factor "precipitante" de una cadena de mecanismos biológicos cuyo desenlace puede ser la muerte. Según los investigadores, el ruido nocturno del tráfico incide en el aumento de la mortalidad por infarto de miocardio, enfermedad isquémica del corazón, enfermedades cerebrovascular, neumonía, asma, EPOC y diabetes.

En concreto, cada incremento de un decibelio del ruido nocturno aumentaría en un 2,9% la mortalidad por enfermedad isquémica, un 3,5 % por infarto de miocardio, un 2,4 % por enfermedad cerebrovascular, un 3% para neumonía y un 4 por ciento en los casos de EPOC. Para el caso de la diabetes, el incremento de la mortalidad por decibelio sería de un 11 por ciento, según explican en un comunicado los autores de la investigación, publicada en la revista "Environmental Research".

Además, el efecto del ruido sobre la mortalidad por enfermedades cardiovasculares sería "inmediato", es decir, el día después de una noche ruidosa a causa del tráfico, mientras que en el caso de la diabetes y las enfermedades respiratorias el aumento de la mortalidad tendría un efecto retrasado de dos días.

El jefe de Epidemiologia del Carlos III y coordinador del estudio, Julio Díaz, ha explicado que los altos niveles de ruido promueven "mecanismos de estrés" que pueden causar alteraciones de tipo cardiovascular, respiratorio y metabólico en personas con patologías de base a corto plazo. Para los investigadores, el hecho de que la mortalidad por asma no aparezca relacionada con el ruido, refuerza la hipótesis de que el ruido, a través de un aumento de los niveles de cortisol, debilita el sistema inmune.

El asma, al no ser una enfermedad infecciosa respiratoria, como la neumonía, no se ve afectada por los niveles de ruido, concluye el comunicado.