La temporada de gripe comienza en otoño y se extiende hasta la primavera, con casos que suelen alcanzar su nivel máximo durante los meses de invierno.

La vacunación anual contra la gripe se considera una forma segura y de bajo coste para reducir las muertes y complicaciones relacionadas con la gripe y se recomienda de forma rutinaria para pacientes con antecedentes de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular. Sin embargo, se sabe poco del impacto que puede tener una simple vacuna contra la gripe en la supervivencia de los pacientes con insuficiencia cardiaca.

La influencia puede ser muy grave o mortal para los pacientes con insuficiencia cardiaca porque estas personas suelen taner más de 65 años, sufren problemas de circulación y otras complicaciones de salud, y la infección puede avivar los síntomas de insuficiencia cardiaca. Además, se espera que la insuficiencia cardiaca aumente a lo largo de la próxima década a medida que la población envejezca, lo que destaca una mayor necesidad de brindar una mejor atención a estos pacientes.

En este estudio, los científicos analizaron datos sobre 134.048 pacientes con insuficiencia cardiaca diagnosticada durante un periodo de 12 años. Las tasas de vacunación contra la gripe oscilaron entre el 16 % en 2003 y el 52 % en 2015, con un máximo de un 54 % en 2009.

Entre los hallazgos de los investigadores, destaca que la vacunación contra la gripe se asoció con una reducción del 18 % en el riesgo de muerte prematura, incluso después de tener en cuenta otros factores, como medicamentos, otros problemas de salud, ingresos y educación. La vacunación anual contra la gripe después de un diagnóstico de insuficiencia cardiaca se vinculó con una reducción del 19 % en todas las causas y muerte cardiovascular en comparación con ninguna vacunación.

La frecuencia de vacunación contra la gripe era importante; recibir una vacuna contra la gripe menos de una vez al año, pero más que ninguna vacuna, se relacionó con una reducción del 13 % en el riesgo de muerte por todas las causas y una reducción del 8 por ciento en el riesgo de muerte cardiovascular.

Se produjo una mayor reducción de la muerte por causas cardiovasculares y por todas las causas cuando la vacunación se produjo antes en la temporada de gripe durante septiembre y octubre, en comparación con noviembre y diciembre.

El autor principal del estudio, Daniel Modin, investigador de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, señala que, aunque esta investigación solo analiza a pacientes con insuficiencia cardiaca recién diagnosticada, la protección de una vacuna contra la gripe probablemente beneficie a cualquier paciente con insuficiencia cardiaca.