Antonio Muñoz Molina asiste desde su balcón al despertar de la ciudad a la llamada “nueva normalidad”, mientras revive los recuerdos de su infancia en un mundo rural, al igual que hace el protagonista de su nueva novela. La pandemia mundial del Coronavirus, y la cuarentena son el escenario que hicieron posible este libro 'Volver a dónde'.
El paso del tiempo y los recuerdos
‘Volver a dónde’ reflexiona sobre el paso del tiempo, sobre cómo construimos nuestros recuerdos, y como estos, a su vez, nos mantienen el pie en momentos donde la realidad queda en suspenso. Tal y como explica su autor, esta obra es fruto principalmente del azar. Comenzó como un diario, en el que “todos los días escribía lo que estaba pasando. Quería dejar constancia del presente inmediato, porque luego, el recuerdo tergiversa mucho”.
Antonio Muñoz Molina confiesa que esta novela nació casi sin darse cuenta, así de repente, ya que en esos momentos excepcionales, en los que no se podía salir de casa, la vida quedó casi paralizada “al quedar el presente desalojado de obligaciones, irrumpe el pasado”. Por supuesto, su balcón jugó un papel esencial en el proceso de escritura. “Estar tanto tiempo en el balcón, tocar las matas de tomate, y esa sensación de verano, fue lo que desató el torrente de la memoria. Ahí fue cuando empecé a dejarme llevar, y el diario se convirtió en otra cosa, pero yo no sabía que eso fuera a ser un libro”.
La importancia de dejar testimonio
“Dejar testimonio de lo que uno ha vivido es casi un deber cívico, y además ha sido todo un desafío literario”. Otro eje esencial de esta novela, es la necesidad de dejar constancia del pasado. Así, el presente inmediato se fusiona con la fuerza de los recuerdos, y nos muestra una realidad casi olvidada, que el propio autor conoció en su infancia: “Paseo por el huerto del Botánico y veo al niño que fui en la huerta de mi padre. Y los veo a ellos, mi tío Juan, mi abuelo Antonio, la gente de las huertas vecinas. Ellos son lo último de un mundo que desapareció hace mucho tiempo, de un país atrasado, rural, que yo he llegado a conocer”.
‘Volver a dónde’ es un reclamo de esa gratitud transgeneracional que debemos sentir todos, porque, “Todo lo que somos lo debemos a otros. Nos engañamos si pensamos que somos seres aislados y la pandemia lo ha demostrado”.