Los activistas se arrojaron chorros de una pintura negra orgánica sobre los disfraces, y dejaron manchas en la portería y en los ascensores del centro empresarial Rio Sul, en donde están las oficinas de Perenco, para protestar contra la exploración de petróleo en el Archipiélago de Abrolhos.

En este archipiélago, ubicado frente a las costas del extremo sur de Bahía y en donde Perenco tiene dos concesiones petroleras, está el Parque Nacional Marino de Abrolhos, una reserva protegida por ser el lugar de reproducción de las ballenas de la especie Yubarta, también conocidas como jorobadas, y un importante banco de corales.

Greenpeace pretendía llamar la atención sobre los futuros daños que puede provocar la exploración petrolera en el hábitat de las ballenas.

La manifestación, que atrajo la atención de varios trabajadores y clientes del centro comercial y del edificio de oficinas de Rio Sul, en la zona sur de Río de Janeiro, y se realizó pacíficamente se prolongó cerca de una hora, tiempo durante el cual los activistas esperaron en vano ser atendidos por algún representante de la petrolera.

En un comunicado, Greenpeace pidió que la petrolera se sume a una moratoria de 20 años de la exploración de crudo en un área de 93.000 kilómetros cuadrados en el archipiélago de Abrolhos por el peligro que esas actividades representan para la fauna y la flora de la delicada región.

Según los ecologistas, las ballenas jorobadas, mamíferos amenazados de extinción, son una de las especies que pueden ser más afectadas por posibles accidentes o derrames de petróleo.

"Debido al histórico de accidentes con exploración de petróleo en alta mar en el mundo, está claro que no existe seguridad total. Perenco sabe de eso pero evita dejar sus actividades en una región de alta prioridad para la biodiversidad brasileña", según Leandra Gonzalves, coordinadora de la Campaña de Clima y Energía de Greenpeace en Brasil.

La petrolera se adjudicó en Brasil, en asociación con la brasileña OGX, concesiones para explorar cinco áreas en aguas profundas en el océano Atlántico, dos de ellas en el archipiélago de Abrolhos.

Además de Perenco, otras diez empresas, entre las cuales Petrobras, Shell y Repsol, tienen doce concesiones en el área en que Greenpeace propone una moratoria de las actividades petroleras.

Según la organización ecologista, el Parque Marítimo es el hogar de 1.300 especies de aves, tortugas, peces y mamíferos marinos, entre los cuales 45 en riesgo de extinción, además de contar con los principales corales de Brasil.