La mayor parte del petróleo se consume en lugares muy alejados de su puntos de extracción. No hay más remedio que transportarlo en petroleros a lo largo de muchos kilómetros y durante el trayecto se pueden producir accidentes espectaculares.

El mar puede convertirse en un basurero, botellas o bolsas que deberían ser recicladas se siguen arrojando al mar. En muchos casos son ingeridas por delfines, ballenas y tortugas marinas que las confunden con medusas.

Otro de los grandes problemas de nuestras playas es la contaminación por vertidos de aguas residuales. Decenas de municipios las arrojan al mar sin un tratamiento de depuración previo.

Estas aguas, que trasladan deshechos domésticos, contienen parásitos, bacterias y virus que son incompatibles con el ecosistema marino y suponen un peligro para la salud humana. Por eso nos 'hacemos eco'.