En la Unión Europea, el sector de la cosmética y la perfumería es el quinto mercado más importante, con 7.000 millones de euros de consumo, según Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), integrada por más de 400 entidades.

Las cifras de exportación de España en este sector alcanzaron los 4.260 millones de euros en 2018, lo que equivale a un crecimiento del 10%, y del 8.8% en el primer semestre de 2019, datos que colocan a España entre los países punteros de esta área empresarial.

Los productos de cosmética natural española se venden en más de 150 países, y se exportan sobre todo a la Unión Europea (56%), Estados Unidos (44%) y China (136%).

Estos artículos cuidan el medio ambiente, no tienen lactosa, son ‘cruelty free’ y no llevan conservantes. Están elaborados con ingredientes naturales de origen vegetal en su mayoría y siempre contienen poca cantidad de químicos.

El Reglamento (CE) nº 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo del 30 de noviembre de 2009 sobre productos cosméticos, asegura que los cosméticos naturales llevan al menos un 20% de ingredientes provenientes de la agricultura ecológica, y que cumplen una serie de factores relacionados con la sostenibilidad como su biodegradabilidad o el reciclaje de sus envases, además de disponer siempre de una certificación que garantice su naturaleza.

Diferencias entre cosmética natural y ecológica

A pesar de que ambos conceptos suelen utilizarse como sinónimos no significan lo mismo, puesto que la cosmética ecológica siempre es natural pero la natural no siempre es ecológica.

Mientras que un cosmético se puede llamar natural si proviene mayoritariamente de ingredientes vegetales, minerales o animales; los productos ecológicos tienen un 95% de sus ingredientes naturales (vegetales y de agricultura ecológica) y se preocupan de otros aspectos que pueden dañar al medio ambiente, como los envases.