Los huevos de las aves van más allá del huevo de gallina que se suele incluir en la dieta, y es que los huevos de las aves presentan una gran multitud de formas, colores y tamaño.

El huevo de avestruz es el más grande conocido hasta la fecha. Estos huevos pueden llegar a alcanzar 1,5kg de peso.

Los huevos de emú son otro caso llamativo. Este tipo de huevos tienen un color verde oscuro de lo más característico.

El color de los huevos es una de las características que diferencia a cada una de las especies, pues permite distinguir los huevos de una especie de otra, además de estar adaptados al entorno y a los depredadores. En el caso de la textura, suele ser lisa en la mayoría de los casos, a excepción de los cormoranes.

Los huevos de los insectos son de los más pequeños, aunque su proceso de formación depende del grupo al que pertenezcan. Existen tres tipos de creación del huevo, que distingue entre cucarachas, escarabajos y otros coimo las moscas, abejas o mariposas.

La cáscara se forma en el aparato reproductor de la madre y el macho es el encargado de fecundarla con su esperma. Una vez que se han formado los embriones, la hembra los deposita en el exterior, en lugares de difícil alcance.

Un ejemplo son los huevos de la chinche arlequín, irregulares y de color blanco y negro. La hembra realiza entre cinco y siete puestas de varias decenas de huevos que tardan 15 días en eclosionar.

Por otro lado, la reproducción en los peces también tiene sus propias características, que dependen de si son ovíparos, cuyos huevos son expulsados al agua y la fecundación es externa, vivíparos, la cría nace ya críada y es capaz de nadar, u ovovivíparos, nacen alevines bien formados en el interior de la madre, como en el caso de los tiburones ballena.

Precisamente, los tiburones ballena son los peces más grandes del mundo. Sin embargo, no fue hasta 1996 cuando se llegó a la conclusión de que este animal era ovovivíparos al encontrar una hembra con más de 300 embriones en su interior en distintas etapas del desarrollo. Lo sorprendente del descubrimiento es que todas las crías eran del mismo padre, lo que generó una teoría elaborada por los científicos que afirman que la hembra de esta especie almacena el esperma de un acto sexual y lo fertiliza con el tiempo.

Los huevos de hermafroditas presentan también sus propias características. Dentro de la familia de los moluscos todos son ovíparos, pero su modo de reproducción puede ser unisexual, como los mejillones o almejas, o hermafrodita, en el caso de los gasterópodos.

Los caracoles, a pesar de ser hermafroditas, necesitan dos individuos para reproducirse. La pareja interactúa durante horas hasta que uno fertiliza los huevos en el otro. Además, un solo caracol es capaz de llevar hasta 100 huevos a la vez. Por regla general, los huevos tardarán entre dos y cuatro semanas en desarrollarse.

Las tortugas marinas son unos reptiles capaces de poner cien huevos de media, aunque esa cantidad no evita que estos huevos sean de los más amenazados. Las hembras se arrastran por la arena de la playa, eligen un lugar adecuado y cavan un nido del tamaño de su cuerpo. Una vez depositados los huevos, el reptil cubre de nuevo el agujero con arena y lo camufla. Este proceso se repite varias veces cada dos semanas.

Sin embargo, dentro de los reptiles, la cobra es la única serpiente que permanece junto al nido para defender a sus crías. La hembra fabrica ella misma el nido con hierbas y ramas. Una vez que las crías eclosionan, la madre se separa de ellas.