Las negociaciones que se han llevado a cabo en la Eurocámara han concluído con la aplicación del tope obligatorio de 95 gramos por kilómetro por fases al 95% de los coches nuevos y a un solo año: 2020. 

La aplicación de la fórmula conocida como "supercréditos", que premia la fabricación de vehículos ecológicos, estaría permitida entre 2020 y 2022, pero con un tope de 7,5 gramos de CO2 por kilómetro durante este periodo. 

“Nuestro objetivo era mantenernos firmes y no debilitar los objetivos, a fin de no frenar la innovación en la industria automovilística ni tampoco los esfuerzos de la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático”, ha dicho el alemán Matthias Groote, el Presidente de la Comisión de Medio Ambiente. 

La aplicación de estas medidas tendrán que llevarse a cabo en el plazo de un año. “Hemos aceptado una aplicación por fases muy limitada de un año solamente, combinada con los supercréditos. Lamentamos que algunos Estados miembros en el Consejo trataran de retrasar la confirmación de un acuerdo entre las dos instituciones”, agregó Groote.

Esta actitud, indicó el alemán, podría haber retrasado el procedimiento hasta la formación de un nuevo parlamento tras las elecciones europeas el próximo mayo y para entonces sería demasiado tarde, ya que el sector automovilístico necesita las indicaciones a largo plazo para sus inversiones.

Por su parte, el ponente del caso, el alemán del Partido Popular Europeo (PPE) Thomas Ulmer, se mostró satisfecho con el acuerdo y recalcó que los eurodiputados "han luchado duro por lograr un buen pacto, uno que combinara cierta flexibilidad para los fabricantes de coches, protegiera al medioambiente y estuviera en el mejor interés de los consumidores".

El acuerdo pasa ahora de nuevo a manos de los países miembros, ya que éstos tienen que suscribirlo.