Desde que el tsunami de 2011 provocara el peor accidente nuclear desde Chernóbil en Fukushima, Japón ha suspendido su actividad en 48 de los 50 nucleares que se reparten por su territorio. Desde entonces el gobierno nipón ha estado trabajando en mejoras como el refuerzo de las medidas de prevención ante catástrofes naturales o la mejora de los sistemas de ventilación de las unidades, de cara a reducir la emisión de sustancias radiactivas en caso de emergencia.

La Autoridad Reguladora Nuclear de Japón (NRA) ya ha mantenido la primera reunión con 12 operadoras eléctricas que han solicitado una revisión de sus reactores nucleares. Las reuniones que tendrán en el futuro serán abiertas al público, y participarán funcionarios de distintas funcionarios de varias administraciones.

Esto supone el inicio de la reapertura de las centrales en Japón, a pesar de las encuestas publicadas por Kyodo que revela que más del 50% de los japoneses se muestran contrarios a la reanudación de la energía nuclear en el país.