Los lagos volcánicos son producto de la actividad volcánica. Estos lagos se forman en el cráter formado por el volcán y sus aguas presentan diferentes colores, que pueden ser de un verde ácido debido a los gases volcánicos o ser casi cristalinas.

El lago volcánico Monte Mazama de Oregón en Estados Unidos es uno de los más conocidos. Este lago de agua dulce, llenado únicamente con lluvia y nieve, es el más profundo del país.

África es otro de los escenarios que alberga uno de los lagos más espectaculares. Estos lagos protegidos, que abarcan zonas de Uganda, República Democrática del Congo, Ruanda, Burundi y Tanzania, se encuentran rodeados por algunas de las montañas más altas de África.

El volcán Pinabuto entró en erupción en 1991, y se convirtió en la segunda mayor erupción volcánica del siglo XX. Sin embargo, se cree que una erupción mucho mayor hace 35.000 años fue la causante del lago volcánico.

Una gran explosión causó, hace 800 años, la formación del lago volcánico Quilotoa en Ecuador. En la actualidad, el lago tiene 820 metros de profundidad y sus aguas tienen un color verdoso. Además, el borde oriental del lago se encuentran unas aguas termales desde las que se puede disfrutar de las fumarolas, una mezcla de gases y vapores que se producen debido a las grietas exteriores del volcán.

La Isla Flores es una de las islas del archipiélago de las Azores, en Portugal, y cuenta con tres llamativos lagos volcánicos que varían de color. Mientras que las aguas del lago Kelimutu son de color azul turquesa, las aguas de los otros dos son de color rojo y verde. Lo llamativos de estos lagos es que los tres vienen del mismo volcán, por lo que la variedad de colores tiene desconcertado a los científicos.

La frontera entre China y Corea del Norte cuenta con un inmenso lago volcánico creado por el monte Paektu. El llamado lago Paraíso tiene una profundidad de 699 metros y, desde octubre a mediados de junio, el agua pasa a convertirse en hielo.

Chile también cuenta con uno de los lagos más impresionantes del planeta. El lago Licancabur se encuentra en la frontera de Chile y Bolivia y, a pesar de gran profundidad, 3.281 metros, el lago está cubierto con una capa de hielo la mayor parte del año.

El volcán Taal es el causante de uno de los lagos más pintorescos de Filipinas. Una de las características es que en el centro del lago se encuentra una roca que hace años se encontraba en el fondo, pero que con el tiempo ha terminado en la superficie.

En el año 1912 se creó un nuevo volcán llamado Novarupta en Alaska, donde se encuentra otro de los lagos volcánicos más impresionantes del planeta.

El lago geotérmico Viti, en Islandia, producido por la actividad volcánica del volcán Askja, un nombre que hace referencia a las caldera que se encuentran en los alrededores de las laderas de las montañas. La principal característica de este lago es que, cuando no se encuentra congelado, tiene un característico color verde.

También en Islandia, el lago Kerid pertenece a la ruta turística llamada 'el círculo dorado'. En este cráter se puede observar una de las pocas calderas intactas que quedan en el mundo, debido a la antigüedad de 3.000 años del volcán.

Los densos bosques de Camboya albergan uno de los lagos más espectaculares. Yak Loum, nombre del lago, se encuentra rodeado de un ambiente totalmente verdoso y cuenta con un agua muy clara y limpia.

El volcán Jebel Marra explotó hace 3.500 años y formó el lago Deriba en Sudán. El volcán se considera inactivo pero no está extinto, por lo que se podría producir otra explosión en cualquier momento.

Nueva Zelanda es el país que alberga uno de los volcanes más grandes y activos del planeta, el Ruapehu. El lago volcánico es uno de los más profundos y se encuentra en el centro de los tres picos principales.

El llamado 'El Lago de los cinco colores' se encuentra en Japón y recibe ese nombre debido a la capacidad que tiene de cambiar de color con el clima. El volcán central de la región japonesa incluye cúpulas de lava y un cono de corteza.