Con 180 kilómetros cuadrados, el Mar Menor es la segunda laguna salada más grande de Europa. Su equilibrio entre el agua salada del Mar Mediterráneo y el agua dulce de la superficie terrestre, es la causa de la gran diversidad de seres vivos que cohabitan en un espacio tan pequeño, o cohabitaban.
El profesor de la Universidad de Murcia, Francisco José Oliva, y coordinador el proyecto Life Invasaqua, ha propuesto llevar a cabo protocolos eficaces ante el colapso biológico en el que se encuentra el Mar Menor y ante las posibles repeticiones de esta masacre de especies en el futuro.
Oliva, ha admitido que no tiene claro si se podrá regenerar el ecosistema del Mar Menor pero, que si existe alguna oportunidad de regeneración es a largo plazo y a través de políticas eficaces adoptadas estrictamente por todos los ámbitos, a nivel científico, como político, biológico y social.
Otro experto, Juan Manuel Ruiz Hernández, científico del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y miembro del Comité Científico del Mar Menor, argumenta que es necesario fomentar las políticas ambientales preventivas en ecosistemas ya dañados como era y es el Mar Menor, puesto que apenas avisan de las catástrofes que van a ocurrir en ese lugar o, si lo hacen, es cuando ya no hay tiempo de actuar.
Por ahora, los científicos apuntan que tanto los expertos como los políticos deben centrarse en el estudio de la cuenca y en sumar esfuerzos comunes del Gobierno, Confederaciones Hidrográficas, pescadores y agricultores para alcanzar un acuerdo que revierta este ‘delito ecológico’.