En el Museo Nacional de Ciencias Naturales hay al menos 77 investigadores trabajando en líneas muy diferentes.

Hablamos con Asunción de los Ríos, investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

En el museo hay piezas importantes y de mucho valor. Quizá el más destacado sea el Megaterio Americanus, el primer esqueleto de vertebrado que se montó en condiciones como estaba en la naturaleza. Después, se supo que se trataba de un perezoso gigante ya extinguido.

En el museo cuidan mucho las piezas que conservan a través de protocolos que establecen, por ejemplo, que para limpiar cualquiera de las vitrinas siempre tiene que haber tres personas: el conservador, alguien de limpieza y alguien de seguridad.

El museo tiene un contacto muy estrecho con el SEPRONA, que trae en muchas ocasiones piezas para que las identifiquen. El caso más peculiar fue una vez que trajeron un ave guisada, posteriormente identificada como un urogallo, lo que se convirtió en una prueba para un delito ambiental.

Hemos alterado el hábitat donde viven los seres vivos y se está produciendo una importante pérdida de biodiversidad. Por ello, es fundamental la labor que se realiza en los museos para preservar esta diversidad y mostrarla a todo el mundo.