Sí, son esos juegos que tienes en la cabeza. Sus mecánicas y recompensas fueron pensadas para que pases todo el tiempo que puedas frente a la pantalla o que compartas tanta información como esas ‘apps’ puedan recopilar. Aunque todo esto suene a neurociencia, lo cierto es que es muy fácil descubrir estos trucos y triquiñuelas. Aquí te mostramos algunos de los más frecuentes.
Sistema de recompensas aleatorio e impredecible
Como cuenta Adam Alter en ‘Irresistible, quién nos ha convertido en yonkies tecnológicos’ (2018), las recompensas aleatorizadas funcionan mucho mejor a la hora de enganchar que aquellas que son predecibles. Aunque parezca mentira, esto se sabe desde 1971, año en que el psicólogo Michael Zeiler se puso a hacer experimentos con palomas y recompensas de comida.
¿En qué se traduce esto? Cofres de contenido aleatorio, eventos imposibles de predecir, elementos que al ser presionados ofrecen bonus o complementos pero cuya aparición no puede preverse por adelantado. Este tipo de eventos se parecen mucho a las ruletas y, de hecho, beben de ellas.
Ruletas y mecánicas que recuerdan a las tragaperras
La adicción que causan los juegos de apuestas ha sido muy estudiada, y copiada, por la industria del videojuego, hasta el punto de que muchos de los juegos más sencillos cuentan con una ruleta de la suerte con una o varias tiradas gratuitas diarias, más alguna extra si se ven anuncios. Otras directamente emulan las tragaperras o incluyen minijuegos basados en el azar como los dados.
En palabras de Nick Yee, doctor en comunicación, “el intrincado ciclo de recompensas inherente al juego funciona como una zanahoria atada a un palo”. Yee habla de apuestas, pero Adam Alter lo extrapola a los videojuegos en los que la mecánica es idéntica a la de las ruletas y otros juegos de azar.
Temporizadores para eventos im-per-di-bles
Uno de los videojuegos con más jugadores diarios en Android se compone de un panel de juego ‘normal’ más otro de tipo ‘evento’. Este último abierto cada semana con un límite de tiempo. En la primera modalidad es posible conseguir una carta ‘gratuita’ cada ocho horas si se visualiza un anuncio, más una cápsula misteriosa con contenido aleatorio cada cuatro horas, de las que se acumulan dos. Es decir, el juego premia a los jugadores que se conectan cada poco.
En la pestaña de ‘Operaciones’ del juego hay, además, un sistema de recompensas de “regalos diarios gratis” que se resetea cada pocas horas, y una mecánica de juego que premia a quienes están jugando constantemente. Por ejemplo, es muy frecuente que diferentes partes del juego usen temporizadores cuyo mínimo común divisor no coincida: la madera se recoge cada 7 minutos, el oro cada 13 minutos y los diamantes cada 19 minutos. ¿Te suena?
Son números primos por una razón: maximizan el tiempo de juego y ‘fuerzan’ al jugador a abrirlo cada pocos minutos porque, si el usuario decide mirar el móvil solo cuando el último temporizador haya llegado a cero, entonces perderá muchos puntos. Esa mecánica mantiene a muchos usuarios pegados al teléfono.
Notificaciones continuas para todo
“La granja ha parado su producción”, “Tu flota ha llegado, ¡y está indefensa!”, “El almacén está lleno” o “¡Tienes un nuevo cofre!” son alertas reales implementadas a través del sistema de avisos del teléfono. En la parte superior de la pantalla, distraen y llaman al juego cada pocas horas.
A menudo la llamada se hace con carteles que indican que podrías perder si no entras. Es un sistema basado en la extorsión y miedo a la pérdida. Es justo lo opuesto a la calm technology que propone Amber Case, que no debe distraer ni saturar la capacidad mental.
Sensación reconfortante al entrar
Dice el psicólogo experto en adicciones Marc Masip en su libro ‘Desconecta’ (2018), que uno de los factores claves para descubrir una adicción al móvil es contar el número de veces que desbloqueamos el terminal para entrar, o el número de minutos que pasamos dentro. Y esto es aplicable a los videojuegos. Por suerte, hay aplicaciones que informan de estos hábitos, como Bienestar Digital (app de Google) o Tiempo de uso (iOS).
Llamientos a jugar con compañía o en 'modo cooperativo'
Un mecanismo que se ha extendido mucho en los videojuegos móviles es el juego grupal. O, mejor, juego condicionado al grupo, ya que rara vez exige jugar juntos. Para empezar, el jugador llega más lejos con (a veces directamente no puede avanzar sin) un grupo de jugadores.
En estos grupos, clanes o equipos hay una serie de puntuaciones fruto de la suma o media de las puntuaciones de todos los jugadores. En otras palabras: jugadores con muchos puntos potencian el grupo, y los débiles hacen lo opuesto. Aquí surgen varios elementos que destacan tanto Masip como Alter:
- Por un lado, hay un fenómeno de pandilla o grupo, un elemento de pertenencia, que llama una y otra vez a jugar. Especialmente si fuera del videojuego la sociabilidad cuesta. Se convierte en un refugio.
- El otro fenómeno es la presión de grupo por hacer más puntos y, así, ayudar a todos los demás. Algo que debiera ser lúdico puede llegar a convertirse en una adicción entendida como una responsabilidad.