No hay monedas, billetes físicos ni intermediarios. La criptomoneda se utiliza para pagos rápidos, para evitar transacciones y siempre con la esperanza de que aumente su valor. Se puede comprar con una tarjeta de crédito o a través de un proceso llamado “minería”. Y su almacenamiento se hace en un monedero digital, una computadora u otro soporte físico. Las criptomonedas, criptoactivos o criptodivisas son un medio digital de intercambio que empezó a operar en 2009 y las puedes adquirir como una inversión. También debes tener en cuenta que sus pagos son irreversibles.
La Bitcoin se convirtió en la primera criptomoneda que ha ido ganando protagonismo con los años. A ella le han sucedido otras como Litecoin, Ripple y Dogecoin. Las particularidades de estos activos es que se admite su pago en una gran cantidad de empresas y particulares a lo largo del mundo y que existen un número específico de unidades. Cada moneda está controlada por el sistema de cadena de bloques o blockchain, una tecnología que aspiraba a servir de ayuda con el intercambio de datos fiables y seguros cuando la pandemia llegó a nuestras vidas.
Las transacciones, tal y como las conocemos hasta ahora, van a cambiar. Las criptomonedas entran a este 2021 pisando fuerte. Cada vez hay más naciones que están planteando la propia creación de “cripto” de su divisa de curso legal. En Estados Unidos, Accenture presentó un proyecto de dólar digital; en Brasil hay una plataforma PIX de pagos inmediatos que evolucionará hacia una criptomoneda; en Francia se están haciendo pruebas con el Euro Digital; en China el Banco Popular está trabajando con el e-yuan; y el Banco Central Europeo también estudia la posibilidad de crear una moneda digital para Europa alejada de la tecnología ‘blockchain’. Y en esto, las empresas privadas no iban a ser menos.
El hijo azul de Zuckerberg ya está manos a la obra. En 2019 Facebook anunciaba que a lo largo de 2020 se haría realidad su propia criptomoneda, Libra, que estaría respaldada por 27 organizaciones, entre las que destacan VISA, Paypal y Mastercard. Algunas ya decidieron salir del proyecto y Zuckerberg hizo algunos reajustes para evitar conflictos. Libra pasó a llamarse Diem (día en latín) y es una stablecoin, es decir, una divisa que mantendrá su valor al estar atada a activos de la economía real.
Diem tiene una mayor independencia organizativa, buscará la aprobación de bancos centrales de los principales países, estará amparada por monedas fiduciarias (por ejemplo, el dólar y el euro) y todo apunta a que comenzará a funcionar en enero de este 2021. Otra de las características de esta criptomoneda es que no podrá ser minada y contará con una cartera virtual para ejecutar las transacciones. La firma que dirige Zuckerberg plantea con Diem implementar de manera nativa los pagos en WhatsApp, Messenger y el propio Facebook. Más de mil millones de usuarios diarios podrán utilizar esta criptomoneda que permitirá hacer transferencias de dinero lo más fáciles posibles. Este hecho, podría convertir a Diem en la primera stablecoin con posibilidades de ser una moneda de uso extendido a nivel global.
A medida que hay más interés en las criptomonedas por parte de los usuarios, también crece el interés de los estafadores para crear nuevas trampas. El criptopirateo surge cuando los estafadores usan la potencia del procesador de su computadora para “minar” la criptomoneda en su propio beneficio y sin el permiso del usuario. Los ‘hackers’ pueden colocar un código malicioso en nuestros dispositivos sin que nos demos ni cuenta. Por eso, hay que prestar especial atención si nuestros dispositivos van más lentos de lo habitual y si la batería se agota de forma inexplicable. Si eso te pasa, restaura el software del antivirus, no instales programas y aplicaciones que no te parezcan fiables y actualiza el sistema para que permanezca seguro.