“La UE confirma una multa de 2.420 millones de euros a Google por abuso de posición dominante”, “La UE condena a Amazon a pagar la multa más alta de la historia en materia de privacidad: 746 millones de euros”, “Europa confirma la tercera multa de la Comisión a Microsoft por monopolio”. Durante los últimos años los periódicos se han llenado de titulares como estos. Las grandes empresas digitales no son ni equitativas ni leales en su competencia con las compañías de menor tamaño. El pez grande se ha estado comiendo al pequeño durante mucho tiempo. Pero parece que por fin las malas prácticas van a tener consecuencias legales.

Tras dos años desde su planteamiento y después de negociaciones entre la Comisión Europea, la Unión Europa y los 27 estados miembros, la UE está a punto de aprobar la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés). El Consejo y el Parlamento alcanzaron hace unas semanas un acuerdo político provisional sobre la Ley de Mercados Digitales, cuyo objetivo es hacer que el sector digital sea más equitativo y competitivo.

La nueva Ley de Mercados Digitales pretende poner fin a las prácticas abusivas que compañías como Meta, Amazon, Apple o Google utilizan para limitar el desarrollo de aquellas pequeñas empresas que podrían convertirse en competencia. Se trata de la legislación más agresiva que se ha impuesto nunca a las grandes tecnológicas y que promete cambiar Internet tal y como lo conocemos.

El objetivo de la ley es terminar con el abuso de poder de las grandes tecnológicas y permitir que aquellas pequeñas empresas decididas a ofrecer servicios y plataformas digitales también puedan hacerse un hueco en el mercado.

La UE reconoce que las actuales leyes antimonopolio no son suficientes para atacar a las grandes tecnológicas. Son procesos que se alargan en el tiempo y terminan en multas que, aunque costosas, no consiguen que las Big Tech cambien su forma de actuar

Se aplicará a todas aquellas compañías tecnológicas que operen en el mercado europeo y que cuenten con una capitalización bursátil de 75.000 mil millones de euros. Estas también deben prestar “un servicio básico de plataforma”, tales como redes sociales, sitios web o navegadores web, y deben contar con un tráfico de al menos 45.000 millones de usuarios activos al mes.

La ley tiene por objeto impedir que cualquier gran plataforma en línea que se encuentre en una posición de “guardián de acceso” frente a un gran número de usuarios abuse de esta posición en detrimento de las empresas que deseen acceder a dichos usuarios. ¿Quiénes son considerados “guardianes de acceso”? Pues todas las mencionadas anteriormente (las que tengan 7.500 millones de beneficio en la UE, valoración de mercado de 75.000 millones, 45 millones de usuarios mensuales y 10.000 usuarios profesionales), es decir, casi todas las grandes tecnológicas estadounidenses.

Los guardianes de acceso tendrán que:

  • Garantizar el derecho de los usuarios a darse de baja de los servicios básicos de plataforma en condiciones similares a las de suscripción.
  • Para el software más importante (un navegador web, por ejemplo), no imponer este software por defecto en la instalación del sistema operativo.
  • Garantizar la interoperabilidad de las funcionalidades básicas de sus servicios de mensajería instantánea.
  • Permitir a los desarrolladores de las aplicaciones acceder en igualdad de condiciones a las funcionalidades auxiliares de los teléfonos inteligentes.
  • Dar a los vendedores acceso a sus datos de rendimiento de comercialización o de publicidad en la plataforma.
  • Informar a la Comisión Europea de las adquisiciones y fusiones que lleven a cabo.

Pero ya no podrán:

  • Clasificar sus propios productos o servicios de manera más favorable que los de otros participantes en el mercado (autopreferencia).
  • Reutilizar los datos personales recabados durante la prestación de un servicio para prestar otro servicio.
  • Establecer condiciones injustas a los usuarios profesionales.
  • Preinstalar determinados programas de aplicaciones.
  • Imponer a los desarrolladores de aplicaciones la utilización de determinados servicios (por ejemplo, sistemas de pago o proveedores de identidad) para que figuren en las tiendas de aplicaciones.

La Comisión Europea puede imponer multas de hasta el 10 % de los ingresos mundiales de las grandes compañías que pueden subir al 20 % en caso de reincidencia. No hay duda de que las cosas están cambiando en internet. Está previsto que la ley entre en vigor entre finales de este año y principios de 2023.

Por otra parte, el Parlamento y los estados miembros han logrado sacar adelante una legislación 'hermana' de la DMA, la Digital Service Act (DSA). Esta última tiene como objetivo principal obligar a las plataformas online (entre las que se incluyen las redes sociales) a moderar sus contenidos, retirar los que sean ilegales y hacer los algoritmos más transparentes. Ambas leyes se complementan entre sí.