¿Por qué nuestros ancestros elegían determinados lugares del interior de las cuevas para pintar animales y escenas de su existencia? ¿Tendrá algo que ver con esa elección el eco y la reverberación de las paredes de las grutas? ¿Poseían esos sonidos un poder sobrenatural?

El investigador californiano Steven J. Waller, uno de los pioneros de la arqueoacústica, lanzó su hipótesis hace años: las cuevas con más volumen, donde el sonido rebota y se expande con mayor intensidad, donde su claridad y capacidad para envolverte se aprecia más, son las que tienen un mayor número de pinturas rupestres.

La prehistoria no era una realidad muda, los animales hacían ruido, los elementos de la naturaleza también, igual que los seres primitivos. Dentro de la cueva, cualquier sonido provocaba un eco y el hombre no conocía el origen científico de esas ondas, así que lo interpretó como una fuerza sobrenatural y por eso dejó allí su huella pictórica. Los expertos que estudian los paisajes sonoros de la antigüedad para entender mejor la evolución creen que, por ejemplo, la reflexión del sonido de dar palmadas con las manos dentro de una caverna se asemeja a un grupo de animales con pezuñas en estampida. Los espíritus hablaban y nuestros antepasados pintaban.

Esta curiosa explicación y otras sobre cómo el ser humano ha aprendido a adaptarse al eco y la reverberación las hemos escuchado en uno de los podcasts más interesantes de los que conviven hoy: El extraordinario, fundado por Mar Abad, periodista y miembro del comité de expertos de Levanta la cabeza; y que nos sirve para introducir este reportaje que también tiene que ver con las ondas y los sonidos, los denominados pulsos binaurales, una ilusión auditiva que el ser humano percibe cuando dos ondas con frecuencias distintas son escuchadas en cada uno de los oídos. En los últimos años han salido al mercado tecnológico aplicaciones que usan estos pulsos para crear piezas musicales que provocan supuestamente sensaciones que alterarían nuestra conciencia y que también pueden ayudar a la concentración y a potenciar nuestras capacidades.

El poder de las neuronas

Un fenómeno con millones de escuchas en YouTube que forma parte de la era digital en la que convivimos y donde también destacan movimientos como el slowed + reverb, la manipulación de canciones famosas que se ralentizan, se añaden reverberaciones y se acompañan con escenas de vídeo en bucle.

Vamos a empezar por explicar qué es esto de los pulsos binaurales. Hay que empezar diciendo que la actividad de millones de células cerebrales (neuronas) genera impulsos eléctricos para comunicarse entre sí. El sistema nervioso central produce oscilaciones neuronales de forma rítmica que pueden sincronizarse por estímulos acústicos o visuales. “Cuando se presenta un tono sinusoidal con una intensidad constante a un oído, mientras al otro se presenta otro tono con la misma intensidad pero con una frecuencia ligeramente diferente, la información presentada a cada oído por separado se combina para formar una percepción unificada”, explica en su tesis doctoral Manuel García Argibay, investigador de la Universidad de Valencia.

A lo largo del siglo XX, varios experimentos utilizaron imágenes o sonidos para estimular las neuronas logrando distintos niveles de sincronización cerebral. A partir de los 90 se comenzó a hablar de si determinadas ondas tenían la capacidad de relajar, mejorar el estado de ánimo y la memoria o disminuir la confusión y el estrés. Igual que en algunas culturas ancestrales se han utilizado determinadas sustancias psicoactivas para inducir a un estado alterado de la conciencia, hay que defiende que esa alteración también se puede conseguir escuchando latidos binaurales con unos auriculares, algo que no está demostrado científicamente.

Efectos fisiológicos

En los años 80 el empresario y ejecutivo publicitario nortemericano Robert Monroe fundó un instituto de la conciencia humana. Entre sus investigaciones destacó el uso de ondas binaurales cuyos beneficios no han sido contrastados. De hecho, patentó la marca Hemi-Sync, un proceso para crear patrones de sonido que contienen estos pulsos y que se comercializaron en formato CD y que se usaban para la relajación, la inducción al sueño, el aprendizaje o el refuerzo de la memoria.

“Desde el punto de vista fisiológico, existen efectos sobre la sincronización del cerebro y hay estudios que sugieren posibles mejoras sobre memoria, atención, ansiedad, analgesia y calidad del sueño, pero todavía se necesita más investigación. También es posible que ciertos pulsos binaurales pueda, probablemente de manera indirecta, favorecer la lucidez onírica, pero decir que te pones en unos auriculares un efecto binaural y das el salto a otro mundo no está demostrado cientificamente", explica a Levanta la cabeza el neurocientífico Gugliemo Foffani.

“Dosis para cada estado de ánimo”

Esta técnica de sincronización cerebral al escuchar en un oído un latido con una frecuencia y en el otro oído un sonido en una frecuencia ligeramente diferente, dando la sensación de que se mueve de un lado a otro de la cabeza, se ha extendido en esta época de teletrabajo y necesidad de encontrar un estado de calma para luchar contra el estrés. Una de las compañías con más descargas para ordenadores, tabletas y smartphones es iDoser, empresa que promete “dosis binaurales para cada estado de ánimo”. Según su página web, disponen de “cientos de dosis disponibles para relajarse, tener experiencias recreativas, mejorar la meditación, el chakra y el yoga, el equilibrio holístico y mucho más”.

Si haces clic en YouTube, hay decenas de vídeos con ejemplos de estas creaciones de pulsos binaurales acompañados de imágenes hipnóticas. En alguno de ellos presentan estos latidos como una forma de experimentar sensaciones recreacionales que simulan los efectos de sustancias psicoactivas como la marihuana o incluyo de la ayahuasca, una bebida de algunos pueblos amazónicos con efectos alucinógenos. En este caso, aseguran que esta simulación con sonidos binaurales provoca intensas revelaciones espirituales, aunque también dejan claro que estas sesiones binaurales “no pueden cambiar el color de los ojos, aumentar el trasero o los senos o curar enfermedades”. El reproductor de estas ‘drogas’ auditivas ha sido descargado más de un millón de veces.

Ahora que la era digital comparte protagonismo con el mindfulness, un término omnipresente que combina concentración, atención, conciencia, focalización en el cuerpo, concentración en el presente o estado libre de juicios, los pulsos binaurales han tomado un nuevo protagonismo para combatir la ansiedad, incluido el estrés estudiantil. Al margen de las audiciones binaurales, lo cierto es que han aparecido últimamente apps de música y ruido ambiental para ayudar a mantener la concentración en tiempos tan extraños. Incluidos sonidos que recuerdan al ambiente de una oficina para aquellas personas que no echan de menos el trajín de los tiempos presenciales.