Una segunda oportunidad. Algún día entenderemos que los teléfonos móviles usados pueden, en muchos casos, prolongar su vida útil. En España hay más de 45 millones de móviles arrinconados en una caja dentro de un armario, olvidados no se sabe dónde. Estamos hablando de casi un teléfono por cabeza. Somos el sexto país del mundo acumulando aparatos usados que creemos que no sirven par nada. El listado lo encabezan EE. UU. (+223 millones), Alemania (+84 millones), Reino Unido (+83 millones), Francia (+72 millones) e Italia (+63 millones). Todos estos datos pertenecen al Índice 2020 de desechos electrónicos de teléfonos móviles, elaborado por la compañía reBuy, líder europeo en el mercado de productos electrónicos de segunda mano con más de 2,5 millones de productos en stock revisados.

No obstante, tenemos que sentirnos orgullosos. Según reBuy, la tasa de reciclaje y reutilización de teléfonos móviles en España es del 89 %, la más alta de Europa junto con Finlandia. Además, el 33 % de los hogares españoles ha vendido o regalado móviles de segunda mano en alguna ocasión.

Uno de los datos que más sorprende del estudio es que los teléfonos se han convertido en los aparatos más desechables, “ya que solo se utiliza de media entre 18 y 21 meses antes de reemplazarse”, según las respuestas de los entrevistados online en 27 países. “Mientras en el pasado la mayoría de desechos electrónicos incluían productos que se habían roto o quedado obsoletos, las tendencias tecnológicas y la presión por tener ‘lo último’ en teléfonos móviles han dado lugar a que una cantidad cada vez mayor de desechos electrónicos sean productos que han pasado de moda, en vez de haberse extinguido”, explican sus autores.

Toda esta basura electrónica no ha terminado su vida útil. Ahora que se acercan el Black Friday y los regalos navideños, muchos de esos móviles arrinconados, que no usamos, pero tampoco hemos desechado, pueden servirle a otra persona o incluso a su propietario. Recientemente os hemos contado que cada español genera al año 19 kilos de basura electrónica. En total, en el mundo, produjimos en 2019 más de 53 millones de toneladas de residuos de aparatos. ¿Y cuál es el valor de los residuos en forma de teléfono móvil olvidado en un cajón? Según redBuy, más de 114 millones de euros solo en España. No hay que olvidar que los móviles tienen en su interior componentes como cobre, plata, oro, platino o paladio. En Europa, el valor de los teléfonos arrinconados se acerca a los 2.000 millones de euros.

Hemos preguntado qué hacer con el móvil antiguo y hemos encontrado utilidades muy curiosas.

Controlador de aforo. Neuratum, una empresa emergente con sede en Valencia ha creado una app gratuita que permite utilizar la cámara de tu viejo smartphone para controlar el aforo en locales. Desarrollada por el momento solo para Android, una vez descargada la app y completada la configuración, se ubica el teléfono en un lugar donde se tenga visibilidad de todo el espacio y la inteligencia artificial integrada detecta y contabiliza las personas que entran. La X-Count Mobile realiza el conteo de personas en tiempo real.

Complemento para los mayores. Es posible que tus abuelos o tus padres no tengan el último modelo de teléfono inteligente. Así que acuérdate de lo mal que lo están pasando con la pandemia provocada por la COVID-19 y regálales tu viejo móvil, que seguro que no lo es tanto. Les puede servir como complemento al suyo solo para algunas funciones: escuchar música, guardar fotos, etc…

Ayudante para la desconexión. En estos tiempos de teletrabajo y conexión total al móvil parece raro pensar que tener dos móviles pueda ayudar a la desconexión. Pues sí: imagina que apagas el teléfono que sueles utilizar para todo y, sobre todo, para cosas de trabajo. Fuera notificaciones, fuera mails que llegan de repente… Enciendes el antiguo y lo usas para recibir llamadas, como temporizador en la cocina, cámara de fotos o reproductor de música.

Y si no se te ocurre nada, lo mejor es que lo lleves a reciclar. En Chile, por ejemplo, se ha puesto en marcha una campaña para recolectar teléfonos, tabletas y portátiles en desuso para recuperarlos y luego entregárselos a estudiantes de escuelas que lo necesiten. La iniciativa pretende reducir la brecha digital amplificada por el coronavirus. En los Juegos Olímpicos de Tokio, que debido a la pandemia de la COVID-19 se celebrarán en julio de 2021, las medallas que recibirán los deportistas se han fabricado con materiales reciclados de teléfonos móviles.