Las políticas para mejorar la alimentación y la actividad física que conducen a la adopción de una dieta y un estilo de vida más saludables, son importantes para mejorar la esperanza de vida sin sufrir enfermedades crónicas.
Para comprobar esta evidencia, un grupo de investigadores ha analizado 73.196 datos registrados en el Estudio de Salud de Enfermeras de Estados unidos y 38.366 de profesionales de la salud masculinos del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud, que estaban libres de cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes en el momento de la inscripción.
Usaron cinco factores de estilo de vida de bajo riesgo parar calcular una puntuación de estilo de vida saludable: no haber fumado nunca, peso saludable (IMC), al menos 30 minutos de actividad física diaria, consumo moderado de alcohol y una dieta de buena calidad. La suma de estas cinco puntuaciones dio una clasificación final de estilo de vida de bajo riesgo que varía de 0 a 5, siendo los números más altos los que indican una vida más saludable.
Durante el periodo en el que se realizó el estudio, que fueron más de 20 años, se registró que la esperanza de padecer enfermedades crónicas y diabetes a los 50 años para las mujeres que no adoptaron factores de vida de bajo riesgo fue de 24 años, mientras que fue de 34 años para las que adoptaron cuatro o cinco factores de bajo riesgo.
Del mismo modo que esta esperanza libre de enfermedades crónicas fue de 24 años para los hombres que no adoptaron factores de estilo de vida de bajo riesgo y de 31 años para los que adoptaron cuatro o cinco estilos de bajo riesgo.
Además, las mujeres que cumplen cuatro o cinco de estos factores tenían 10,6 años más de esperanza de vida libre de enfermedades crónicas, en comparación con los hombres que obtuvieron 7,6 años más de esperanza que los que no cumplían ninguno.