Los pequeños detalles de cada día son los que, en realidad, se encargan de reducir nuestro estrés, de mejorar nuestra calidad de vida y de garantizar que podamos disfrutar del momento.

Por ello, para ponerle color a tu semana, al mes, etc. empieza por prestar más atención a los pequeños detalles. Instantes que podrían pasar desapercibidos pero que, sin ninguna duda, se encargan de ponernos una sonrisa o de alegrarnos un poco cualquier momento.

Por supuesto, de la misma forma en que estos pequeños apuntes diarios pueden ayudarnos a nosotros, también pueden servir para mejorar mucho la vida de todas las personas que nos rodean. Además, crear estos pequeños momentos de felicidad para otros también puede convertirse en una forma de conseguir instantes de felicidad propios.

Y recuerda que para hacer realidad estos momentos, no hace falta gastar, porque, como suele decirse, la felicidad no la compra el dinero. De hecho, en ocasiones, no hace falta nada más que un aroma, un sabor o un gesto que nos recuerde algo que hayamos vivido para acercarnos a un momento de calma y tranquilidad.