En primer lugar, está llena de agujeros de distintos tamaños y difíciles de evitar, los cuáles además de perjudicar el estado de los neumáticos de un vehículo, pueden ser peligrosos. Por otro lado y a pesar de que los vecinos de la zona pagan rigurosamente todos los impuestos de circulación, basuras, etc., se trata de una carretera de doble sentido sin señalización ninguna ni posibilidad en algunos tramos de esquivar a un coche en sentido contrario; sumado a esto se añade que es una carretera por la cual circulan peatones paseando, corriendo o con sus mascotas y no consta de ninguna acera ni camino verde. Además, me gustaría destacar la ausencia de iluminación y de contenedores. En general, es una zona olvidada ya que se encuentra entre las diputaciones de Molinos Marfagones y Perín. Una vez al año vienen con restos de asfalto para tapar los agujeros, los cuales vuelven a salir y en mayor número a las pocas semanas.