La policía local ha detectado que, desde que empezó el año, se ha reducido el volumen de circulación en algunas calles y vías de Barcelona, pero los conductores aprietan más el acelerador.

La iniciativa, que consiste entre otras cosas en colocar doce radares portátiles y cinco coches,  pretende frenar los accidentes relacionados con el exceso de velocidad, que casi se han duplicado en los 3 primeros meses de este año.