¿Cuántas horas al día pasas sentado? No nos referimos solo a las horas trabajando o estudiando. En realidad estamos muy poco tiempo de pie y eso puede convertirse en un problema. Por nuestra parte, vamos a intentar darte unos consejos para mejorar la postura al volante.
Algo que va a influir positivamente tanto en tu salud física como en tu seguridad. Sin tener que llegar al extremo de un accidente, situaciones más comunes como una frenada brusca, un bache, un mal movimiento, pueden causar daños. Los asientos de los coches se pueden regular en mayor o menor medida. Por lo menos en profundidad, altura e inclinación del respaldo.
Lo primero es la altura de la banqueta. Debes ir suficientemente alto como para ver bien el cuadro de instrumentos y el parabrisas. Puede parecer muy evidente decir que la visibilidad es fundamental, pero algunos conductores lo olvidan. Pero también debes ir lo suficientemente bajo como para no dar con tu piernas en el volante. Recuerda que cuanto más abajo vayas sentado, más estabilidad tendrás.
Lo siguiente es regular la distancia a los pedales. Para eso, siéntate bien pegado al respaldo y estira tu pierna izquierda para pisar a fondo el pedal del embrague. Debe quedar ligeramente flexionada. Si estás demasiado cerca, puedes entorpecer el movimiento de las piernas para pasar de un pedal a otro. Si estás demasiado lejos, puede que no alcances los pedales...
El tercer ajuste debe ser la inclinación del respaldo. La postura correcta debe permitirte apoyar la mueca sobre el aro del volante sin despegar el hombro del respaldo. Quedando los brazos ligeramente flexionados al conducir. Aquí entra en juego otro componente: el volante.
En la mayoría de coches modernos puede ajustarse en profundidad y altura. Lo ideal es ajustarlo para mantener la distancia antes mencionada respecto al respaldo del asiento. No te pegues mucho que esto tiene un airbag dentro. Si salta y vas muy cerca, te lo comes. Y estas cosas explotan con fuerza en caso de accidente. Y, para terminar, el eterno olvidado: el reposacabezas.
La parte superior debe coincidir con la altura de tus ojos, más o menos. Pero con una distancia de unos centímetros, prueba a dejar un par de dedos entre la cabeza y el reposacabezas.
De esta forma, será eficaz evitando un latigazo cervical. Si frenamos de forma brusca para evitar una colisión o si alguien nos embiste, esto puede suponer la diferencia entre pasar unas semanas con collarín o no.
Una vez has encontrado tu postura correcta, solo te queda regular los retrovisores exteriores e interior y ponerte el cinturón de seguridad. Como ves, la teoría es simple. Además, con los ajustes eléctricos que traen muchos coches actuales, como este Seat Ateca, y las funciones de memoria, hoy nos lo ponen en bandeja. De ti depende aplicarla y conducir de forma segura siempre.
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