La visión es uno de los varios problemas que afecta a millones de conductores en carreteras. Una mala calidad de visibilidad puede jugar una mala pasada al volante en momentos concretos, por no hablarse de las dificultades extra en la detección de estímulos, señales de tráfico, estimación de distancias y velocidades de vehículos...

Sobre esta cuestión, la asociación Visión y Vida y Correos Express acaban de presentar en rueda de prensa 'Yo no soy un lince ¿Está la sociedad concienciada de la importancia de la visión en carretera?', un informe sobre la importancia de la visión en conducción, cuyas cifras se han obtenido a partir de un estudio poblacional realizado con encuestas a 535 personas y de una investigación derivada de la campaña de revisiones visuales por parte de los especialistas ópticos en 1.764 personas.

Dicha investigación explica que el 44 por ciento de los conductores españoles tiene un susto al volante por algo que no ha visto mientras que el 30 por ciento presenta problemas para leer los carteles de señalización en carretera. En este sentido, el 0,6 por ciento ha declarado que sus acompañantes leen las indicaciones.

También ha podido conocerse que el 43 por ciento de las personas ve bien y que la mitad de la población tiene problemas de conducción nocturna. A pesar de contar con mala visión y poner en riesgo su vida en carretera, el 30,1 por ciento los deja pasar.

En relación a la calidad de la vista, este trabajo reconfirma que las personas con peor visión (inferior al 0,5 requerido por ley) tienen más accidentes que el resto --investigación conjunta del 2017--: no ver bien, incluso sin usar gafas, tiene un 10 por ciento más de accidentabilidad que aquellos que consideran lo contrario (25,1 por ciento frente a 15,6 por ciento).

La coordinadora de Visión y Vida, Elisenda Ibáñez, ha destacado que el número de personas que conducen con una visión inferior a 0,5 ha bajado de 600.000 a 470.390. A continuación, el presidente de esta entidad, Salvador Alsina, asevera que el 12 por ciento no utiliza un equipamiento óptico mientras que el 41 por ciento lo hace siempre. Respecto a llevar gafas graduadas, comenta que el 30 por ciento las tiene. "Sí que es muy recomendable; sin embargo, hay un 28,8 por ciento que se atreve a conducir cuando se ha las ha olvidado, algo que nos alarma", concluye Alsina.

Por último, el estudio ahonda sobre la conducción nocturna. Elisenda informa que "durante la conducción nocturna se encontraron mayores dificultades visuales" (28,45 por ciento). Los reflejos por la luz de otros coches (32,2 por ciento) y la irritación y/o fatiga ocular (30,5 por ciento) son los principales problemas con los que luchan al final del día. Por ello que ahora el 32,62 por ciento (nueve millones) evite conducir de noche.

"Durante el amanecer y el anochecer también vemos cómo al 70,9 por ciento les molesta mucho la luz solar. Es importante que el conductor sepa que existen algunas lentes especiales que ayudan a mitigar esos problemas y así puedan conducir con mayor seguridad", añade Ibáñez.