De los 24.899 kilómetros analizados, los de mayor riesgo han pasado de 3.264 kms el año pasado a 3.595 de nivel rojo y negro en 2017.
Para el estudio se han tenido en cuenta 4.096 siniestros ocurridos en la red de carreteras del Estado entre 2014 y 2016, de los cuales 1.035 fueron mortales, con 1.217 fallecidos, y otros 3.061 registraron 4.146 heridos graves.
El 72 por ciento de los tramos presentan un riesgo bajo o medio bajo, el 13,5 por ciento medio un riesgo medio y un 14,5 por ciento un riesgo alto o medio alto, que suman un total de 3.595 kilómetros catalogados como de riesgo elevado (rojo y negro), de los cuales 1.101 son de riesgo alto (negro), y seis tramos con esta calificación repiten en los tres últimos informes.
El informe destaca el primer tramo de riesgo de este año, en la carretera nacional N-120, entre los kilómetros 535,2 y 549,5, entre el principio de la vía rápida en el enlace de Seguín (Lugo) y el de Penalva (Ourense).
En este tramo, en sus 14,3 kilómetros, con una intensidad media diaria de 4.244 vehículos, se han producido nueve accidentes graves en los tres años objeto de estudio, con un fallecido y once heridos graves, manteniéndose por tercer informe consecutivo como tramo de riesgo alto, y además un tercio de esos nueve siniestros correspondieron a ciclomotores y motocicletas.
Aragón es la comunidad autónoma con mayor proporción de carreteras de riesgo elevado, el 23 por ciento, seguida de Cantabria con el 20,7 por ciento, Asturias con el 17,7 por ciento, Castilla y León con el 17,6 por ciento y Galicia con el 17,5 por ciento.
El perfil de tramo con nivel de riesgo elevado es una carretera convencional de calzada única con intersecciones al mismo nivel y con una intensidad media diaria por debajo de 10.000 vehículos.
Añade que desde 2003 casi se ha triplicado la presencia del colectivo de motoristas en la accidentalidad, pasando de un 7,8 por ciento en dicho año hasta un 21,7 por ciento en 2016, lo que supone que uno de cada cinco accidentes de tráfico mortales y graves lo sufre uno de ellos.
Existen ciertos tramos en los que se producen más siniestros de usuarios de las dos ruedas y destaca la M-14 en Madrid, entre los kilómetros 0 y 2,8, con cuatro accidentes graves en tres años; la A-7, entre los kilómetros 169 y 174 en Málaga, con seis, y la A-2, entre los kilómetros 605 y 611 en Barcelona, con siete.
Los vehículos pesados están presentes en el 22,5 por ciento de los accidentes mortales y graves analizados.
Algunos de los tramos destacables con más siniestros son la N-220 entre los kilómetros 0 y 2,1 en Valencia, con uno mortal y dos graves; la M-50, entre los kilómetros 45,8 y 51,5 en Madrid, con tres graves, y la N-550, entre los kilómetros 132 y 142 en Pontevedra, con dos mortales y tres graves.
EuroRAP es un programa europeo de evaluación del riesgo en la carretera en el que participa el RACE, que analiza la peligrosidad de las vías teniendo en cuenta la evaluación de los siniestros durante los tres últimos años, su gravedad y su relación con las características de la carretera.