Un estudio desarrollado en nuestro país demuestra que la sustitución del parque móvil compuesto por vehículos diésel anteriores al 2009, por otros más modernos, con motor de gasolina, supondría un grave perjuicio para el medio ambiente.
Los investigadores informan de la necesidad de renovar la flota de vehículos de forma progresiva. Sobre todo, de aquellos anteriores a 2009. En el caso de los vehículos diésel, con motor Euro 4, su cambio por vehículos de gasolina actuales mejoraría la calidad del aire en las ciudades. Pero esta medida resultaría en un aumento del CO2 y por consiguiente, del efecto invernadero en las urbes.
Como recuerdan los autores del estudio, que se ha llevado a cabo en la Universidad Politécnica de Valencia, aunque “es importante sustituir los vehículos diésel anteriores a 2009 para disminuir la contaminación, la solución no pasa por los vehículos de gasolina ni por los eléctricos, que tienen todavía muchas limitaciones.”
Por el contrario, “la opción más adecuada” para combatir el cambio climático pasa por “cambiar los diésel antiguos por nuevos diésel E6 Temp, pues se mejoraría igualmente la calidad del aire urbano y se reducirían de manera notable las emisiones de CO2”.
El estudio ha llegado a estas conclusiones después de registrar el nivel de emisiones de los distintos motores, a diferentes altitudes sobre el nivel del mar. Mientras que el cambio de los motores diésel antiguos, por otros más modernos supondría la reducción de las emisiones de CO2 entre un 5,9% y un 6,2% en ciudad, y un 22% en carretera; sustituir estos motores por otros de gasolina, supondría incluso un incremento del 2% de los gases de efecto invernadero.