Esta cifra revela un modelo de movilidad poco eficiente en un contexto cada vez más saturado por el aumento de población, turismo y vehículos. Así lo expuso este martes el director general de Tráfico, Pere Navarro, durante un desayuno informativo organizado por Executive Forum en Madrid.

Según detalló, España ha pasado de tener unos 40 millones de habitantes a comienzos de siglo a acercarse actualmente a los 50 millones, a los que se suman cerca de 100 millones de turistas internacionales previstos este año. Y todo ello, con una red de infraestructuras que apenas ha cambiado.

“Las costuras empiezan a chirriar. Es un problema de éxito”, señaló Navarro, quien insistió en que muchas de las infraestructuras y políticas actuales “siguen pensadas para 40 millones de habitantes”.

Uno de los principales puntos de presión se produce en las entradas y salidas de las grandes ciudades, entre las 7:00 y las 9:00 de la mañana y de 17:00 a 19:00 por la tarde. Son horas en las que predominan los desplazamientos obligados por trabajo o estudios, y en los que, según Navarro, “mover 1.500 kilos de coche para llevar a una sola persona no parece muy inteligente”.

Compartir el coche como alternativa

La DGT plantea como solución fomentar la ocupación compartida de los vehículos. “Si conseguimos que haya al menos dos personas por coche, reducimos a la mitad el número de vehículos, el consumo de combustible y las emisiones”, subrayó Navarro, que lo define como uno de los “grandes retos” del siglo XXI.

En esta línea, tras el verano se pondrá en marcha un nuevo carril Bus-VAO en la A-2, a la entrada y salida de Madrid. Se trata de un proyecto apoyado por la DGT, la Dirección General de Carreteras, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento. A diferencia del carril Bus-VAO de la A-6, este nuevo tramo será “tecnológico y flexible”, con cámaras y balizas para adaptarse a las condiciones del tráfico, y estará reservado exclusivamente para vehículos con al menos dos ocupantes, sin importar la etiqueta ambiental del coche.

“Se trata de incentivar la alta ocupación del vehículo, no las etiquetas. En el caso del Bus-VAO de la A-6 aprendimos que permitir circular solo por tener etiqueta Cero llevó a la saturación. Ahora priorizamos menos vehículos en circulación y, por tanto, menos emisiones, sin necesidad de bonificar por tipo de coche”, concluyó Navarro.

La DGT insiste en que esta medida busca aliviar el tráfico y, al mismo tiempo, contribuir a la reducción de emisiones a través de una movilidad más racional.