Este dispositivo tendrá una función clara: bloquear el coche en caso de que su conductor supere la tasa máxima de alcohol permitida (0,5 g/l en sangre y 0,25 mg/l en aire aspirado, cifra que se limita a 0,3 g/l y 0,15 mg/l para los profesionales y noveles). Un límite que, de sobrepasarlo, está penado con multas desde 500 euros y 4 puntos del carnet hasta considerarse un delito penal con cárcel de tres a seis meses
La nueva ley modificará los vehículos destinados a transporte de viajeros y mercancías en los que, a partir del próximo 6 de julio de 2022, será obligatorio este sistema cuyo coste es de 1.000 euros.
Este sistema llamado Alcolock, que ya lleva años usándose en distintos países de la Unión Europea, tiene la capacidad de analizar la concentración de alcohol en aire respirado. Se conecta directamente al vehículo de forma que puede impedir que este arranque si los límites superan los legales o si el conductor se niega a usarlo.
Además la UE quiere que haya una preinstalación de este alcoholímetro antiarranque en todos los turismos para el 2022. Aunque este dispositivo no contará con el sistema que mide la cantidad de alcohol en aire aspirado y consistirá solo en una conexión al sistema de arranque.
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