En primer lugar, estas nuevas señales, modifican algunos aspectos de mayor antigüedad para adecuarlos al ámbito de la movilidad, especialmente con lo relacionado a modificaciones en cuanto a tecnología de los vehículos y otros aspectos, de forma que siga manteniendo el máximo nivel como sistema semiótico para garantizar la adecuada comprensión por parte de todos los usuarios.

La segunda razón es responder a las peticiones de ayuntamientos y el Parlamento sobre la adecuación de la señalización del tráfico a los nuevos aspectos tecnológicos, de movilidad e igualdad de género y establecer una base homogénea ante nuevas regulaciones como las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).

El tercer objetivo es lograr un procedimiento más ágil para poder actualizar los catálogos de señalización vertical y de marcas viales para su adecuación a futuras necesidades tecnológicas, de regulación del tráfico, de seguridad vial y otros aspectos.

Anteriormente, aunque el catálogo de señales estaba en el Anexo del Reglamento, su significado formaba parte del texto de dicha norma, y su modificación, al estar aprobada por Real Decreto, era complicada. Ahora, para dar mayor coherencia a la norma y mejorar la estructura del Catálogo, ambos (señal y significado) figuran en el Anexo.

Así, para mantener la señalización como instrumento básico para la Seguridad Vial de forma que transmita fácilmente información de interés sin generar mensajes o significados confusos, se han modificado los diseños eliminando señales e introduciendo otras nuevas, tanto verticales como circunstanciales.

Entre los objetivos de esta norma se incluyen dar mayor coherencia con las definiciones; mejorar la comprensión y visibilidad de las señales (con nuevos elementos o aumentando su tamaño); dar respuesta a las necesidades de peatones y usuarios de bicicletas adecuando el tamaño de las señales para hacer, también, más eficiente y sostenible su fabricación; mejorar la información de estaciones de servicio con disponibilidad de nuevos combustibles como el autogas o GLP e informar claramente sobre futuras regulaciones de tráfico y movilidad (Zonas de Bajas Emisiones).

Unificar señales

Este cambio va a unificar todas las señales que cada ciudad había aprobado. Y es que antes, cada vez que un responsable municipal o autonómico detectaba una necesidad de señalización no recogida en el Catálogo de Señales, ideaba una señal y la amparaba con una norma propia, con diferencias en cada municipio.

Como por ejemplo las diferentes versiones que señalan la obligación de desmontar de la bici y continuar a pie (R-420) o la de peligro por presencia de personas mayores (P-21b).

Las más de 160 alegaciones y observaciones realizadas durante el período de Información Pública por ciudades, no solo demuestran el interés social, sino que han ayudado a mejorar el texto, pues, según comenta Ana Blanco, subdirectora adjunta de Circulación en la Dirección General de Tráfico (DGT), es fundamental escuchar a colectivos, administraciones y a la sociedad en general para obtener un documento mejor.

Seguridad

Cualquier cambio en la señalización tiene incidencia en la mejoría de la seguridad vial. Por ello, el Manual de Medidas de Seguridad Vial de Elvik cita numerosos estudios sobre la importancia de la adecuada señalización y su efecto sobre la accidentalidad. Por ejemplo, un análisis estadounidense sobre ensayos de 20 años, que sitúa la señalización como la tercera mejor medida de seguridad vial en términos de coste-beneficio.

En 1998, un estudio del Ministerio de Fomento recogió que acondicionar la señalización reducía el riesgo de mortalidad un 39%, y que el coste se amortizaba en dos años. Cabe señalar que la señalización circunstancial con paneles de mensaje variable y otros elementos tiene una relevancia muy alta al permitir avisar de forma rápida incidencias y circunstancias peligrosas para la conducción, con un elevado ratio beneficio social /coste.

¿Para cuándo?

En el momento en que se apruebe el Reglamento de Circulación, la sustitución de las señales de tráfico afectadas será paulatina y se irán incorporando cuando se vayan haciendo nuevos tramos de vía.

Una vez que entre en vigor la modificación del Reglamento de Circulación, las administraciones podrán instalar las nuevas señales y no será necesario sustituir ninguna de las existentes. Si se tratase, en cambio, de una señal cuyo diseño se ha modificado, se instalaría la nueva.

En 2019, la Asociación de Fabricantes de Señales Metálicas de Tráfico (AFASEMETRA) calculó que en España existen más de 2,3 millones de señales y 350.000 metros cuadrados de carteles de orientación que han dejado de cumplir correctamente con su labor.

Además, el informe sobre Necesidades de Inversión en Conservación 2021-2022, de la Asociación Española de la Carretera (AEC), aunque concluye que el 70% de la red viaria es segura, calcula que es necesario renovar 100.000 señales de Código en la Red del Estado. Una malla en la que 67.000 señales superan la edad de 7 años (período de garantía otorgado por los fabricantes para las láminas retrorreflectantes).

Esto significa que aunque por el día la señal se muestre en un estado de conservación adecuado, por la noche su visibilidad no está garantizada. Reponer estas 100.000 señales costaría 36 millones de euros y en la red autonómica es preciso cambiar 260.000 señales, lo que requeriría inversiones por el valor de 62,5 millones de euros.

En este caso, la investigación cifra en 166.000 las señales cuyo material retrorreflectante ha superado la fecha de uso recomendada y señala que deberían repintarse las marcas viales de 20.000 kilómetros de carreteras (2.500 de la Red del Estado y 17.500 de vías autonómicas y diputaciones), con un coste de 43 millones de euros.

Las señales más novedosas

Entre las numerosas y recientes actualizaciones de señales, cabe destacar algunas de las siguientes, como es la señal de P-1e. Tramo con accesos directos, sobre peligro por la proximidad de un tramo en el que existen varios accesos directos a la vía.

La señal P-20c. Paso para peatones y ciclistas, que advierte del peligro por la proximidad de un paso para peatones adosado o compartido con un paso para ciclistas, la P-24a. Paso de animales en libertad (jabalíes), sobre peligro por la proximidad de un lugar donde frecuentemente la vía puede ser atravesada por animales en libertad

La señal P-33. Visibilidad reducida por peligro por la proximidad de un tramo en el que frecuentemente la circulación se ve dificultada por una pérdida notable de visibilidad debida a niebla, lluvia, nieve, humos, etc.

O por ejemplo, es la P-35. Trenzado, sobre peligro por la proximidad de un tramo comprendido entre una confluencia y una bifurcación donde se producen distintos movimientos de cambio de carril por parte de los vehículos; y la R-2. Detención obligatoria o stop, que obliga a todo conductor a detener su vehículo ante la próxima línea de detención o, si no existe, inmediatamente antes de la intersección.