La instalación en las ciudades europeas de 40.000 puntos de recarga para camiones podrían reducir hasta un 22% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 2030, lo que requeriría una inversión que asciende a los 28.000 millones de euros, según un estudio realizado por la organización de transporte y movilidad europea Transport & Enviroment (T&E), y que recuerda que, en la actualidad, el gasto de la infraestructura de carreteras a nivel europeo es de 100.000 millones de euros anuales.

El analista de T&E, Lucien Mathieu, asegura que los camiones eléctricos son más limpios, más baratos y que ya están disponibles. No obstante, considera que hay una clara falta de estrategia de carga europea, y que es decepcionante que el suministro de los fabricantes de camiones esté frenando el mercado. Además, la Unión Europea también necesita establecer unos objetivos ambiciosos para el despliegue de infraestructura y dejar que la flota de camiones de Europa quede libre de emisiones.

Por lo que, proporcionar estos cargadores en las ciudades beneficiaría a medio millón de camiones eléctricos y permitiría que el 43% de los trayectos en camión de la UE estén libres de emisiones en 2030, según el análisis realizado.

Por otro lado, el T&E valora que la revisión del próximo año de la Directiva de Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFID) debería centrarse únicamente en la infraestructura de electricidad y en el hidrógeno verde para ser coherentes con las ambiciones climáticas del Acuerdo Verde de la UE. Mientras que por el contrario, opinan que la infraestructura para el repostaje de camiones de gas debe quedar excluida de la ley y de las ayudas de la Unión Europea, pues se calcula que es hasta cinco veces más contaminante que el diésel.