En 2020 fallecieron un total de 1.095 hombres y 261 mujeres, una diferencia que también se trasladó a la mortalidad en carretera. Sin embargo, cuando una mujer se ve involucrada en un accidente de coche tiene un 47% más de probabilidades de sufrir lesiones graves que un hombre, y un 71% más de posibilidades de padecer lesiones moderadas, debido, principalmente, al diseño del vehículo.
Los investigadores del Instituto de Biomecánica (IBV) han constatado que las mujeres tienen un 17% más de probabilidades de morir porque los diseños de los coches no han tenido en cuenta las necesidades ergonómicas y de seguridad diferenciadas de ellas.
En este sentido, el instituto de Biomecánica, dentro del proyecto europeoDiamond, coordinado por el centro tecnológico Eurecat, ha desarrollado una guía que introduce la perspectiva de género en los vehículos autónomos y que pone especial énfasis en las necesidades de las mujeres para impulsar unos sistemas de transporte más inclusivos y eficientes.
La guía es el resultado de un trabajo de recopilación y análisis de datos en diferentes ámbitos para conocer mejor las cualidades de los posibles pasajeros del vehículo autónomo. De esta forma, se pone el foco en las necesidades diferenciadas de las mujeres, pero también se aportan ideas para otros grupos que se alejan del usuario tipo -'hombre joven'-, como pueden ser los niños y niñas o personas con diversidad funcional, y en la que se incluyen diferentes patrones de movilidad.
El documento hace hincapié en la necesidad de avanzar hacia un diseño flexible que permita configurar y ampliar los espacios y facilita diferentes grados y funcionalidades para adaptar la iluminación o las superficies dentro del vehículo.
La guía 'El vehículo autónomo visto con las gafas violeta. Ideas para un coche autónomo más inclusivo y equitativo desde la perspectiva de género' supone un avance hacia la perspectiva de género en este ámbito.