La explicación a este fallo podría estar en la reducción de la velocidad máxima en carreteras convencionales. El pasado 29 de enero se redujo a 90 km/h el máximo permitido en este tipo de vías, pero solo en aquellas con un único carril en cada sentido sin separación, por ser las que presentan un mayor número de accidentes mortales. En el resto de las convencionales se mantuvo el límite de velocidad a 100 km/h.

Así, en el kilómetro 508.100 de la N-330, en Zaragoza dirección Huesca, se configuró un radar teniendo en cuenta los 90 km/h de velocidad máxima permitida, cuando la vía estaba señalizada a 100 km/h.

Con este error, la Administración habría recaudado 252.700 euros, pues cada multa serían 100 euros, al tratarse de una infracción leve que no supondría una pérdida de puntos.

En la web de la DGT explican que se puede pedir la devolución de una sanción económica si hay alguna anomalía o incidencia que esté sujeta a reclamación.

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La campaña de la DGT con motivo de la reducción de la velocidad en las convencionales