Según establece la Ley de Cambio Climático,151 municipios de la geografía española, debe poner en marcha las zonas de bajas emisiones (ZBEs) solamente 17 municipios lo han arrancado hasta ahora, según han informado desde el Gobierno central, que califica de “enormemente regresivo” los“pasos atrás” en materia de movilidad que han dado ayuntamientos como el de Logroño.

Así lo ha expresado la vicepresidenta del Gobierno en funciones y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en un acto sobre movilidad y calidad del aire en las ciudades celebrado en Madrid, en el que ha anunciado además que el lunes se publicará un mapa con información sobre los municipios con obligación de establecer ZBEs.

Hasta la fecha, sólo han cumplido el mandato de la Ley de Cambio Climático 14 de las urbes de más de 50.000 habitantes y 3 de las de más de 20.000 (obligadas también a activar ZBEs por los altos niveles de contaminación del aire), ha informado en el encuentro, celebrado con motivo del día internacional del aire limpio por un cielo azul, la subdirectora general de aire limpio y sostenibilidad industrial, Marta Muñoz.

La ministra ha recordado que la contaminación atmosférica es la primera causa medioambiental de muerte prematura en la Unión Europea -se estima que la polución del aire debida a los niveles de óxidos de nitrógeno (NO2), ozono (O3) y partículas en suspensión inferiores a 2,5 µm (PM2.5) está detrás de 20.000 muertes prematuras anuales en España- y ha incidido en los costes ambientales, sociales y económicos.

Ribera ha lamentado que el modelo según el cual se han diseñado las ciudades españolas tiene una “desigual ocupación del espacio público”, donde el 65 % se destina al coche, y lleva aparejado “un coste importante en los sistemas sanitarios, en los sistemas de atención, sobre todo en urgencias, que son los más costosos desde el punto de vista de la de la gestión sanitaria”.

Acompañada por un grupo de especialistas en sanidad, movilidad y urbanismo, la ministra ha subrayado asimismo la dificultad para impulsar cambios desde las administraciones públicas, si bien ha reconocido el nivel de conciencia social entre la población para favorecer esa transformación urbana, y ha citado como ejemplo la manifestación en defensa de Madrid Central que tuvo lugar en el verano de 2019.

“Tengo la impresión de que en ciudades como Pontevedra no se podría hacer lo que sí hemos visto hacer en Logroño hace apenas 15 días; eso de ‘se reabre al tráfico’”, ha dicho Ribera, que ha enfatizado que “libertad es disfrutar de la calle, no del coche”.

Por su parte, el investigador en el Centro de Investigación del Transporte de la Universidad Politécnica de Madrid David Lois ha asegurado que la mayor parte de la gente “está por esa modificación, en el lado correcto de la historia”, pero “necesitamos liderazgos políticos fuertes y determinados”. “

Se dice que mucha gente no puede renunciar a ningún tipo de desplazamiento motorizado, pero resulta que en torno al 30 % de los desplazamientos en las ciudades, y no digamos en las medianas y pequeñas, tienen menos de 2 kilómetros”, ha destacado Lois.

Desde el punto de vista de la comunicación, Cristina Linares, investigadora de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, ha sugerido prestar más atención a los cobeneficios de transformar el modelo urbano en favor de la movilidad activa -a pie o en bicicleta- como por ejemplo la reducción en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, respiratorias, obesidad, diabetes o las relacionadas con la salud mental. Ha señalado que en estos momentos “es más importante el código postal que el código genético”, y ha agregado que “se invierte muchísimo dinero en atención sanitaria pero si se volcase el mismo importe en mejorar el entorno urbano, la zona donde uno vive, se reducirían muchísimo los factores de riesgo”.