¿Has sufrido alguna vez amaxofobia?. F. Javier Díaz Calero, psicólogo clínico y especialista en el tratamiento de la amaxofobia explica que quiénes sufren este trastorno evitan y huyen de situaciones propias de la conducción y si, sin poder evitarlo, se ven inmersas en una de ellas pueden llegar a sufrir un ataque de pánico.

En un posible ataque de pánico pueden convivir tres componentes: físicos, emocionales y cognitivos. El experto explica que existen tres perfiles característicos de amaxofóbicos:

Las personas que empiezan a aprender con miedo y, aunque consiguen el carnet de conducir tras superar los exámenes, dejan de conducir. 

Conductores que llevan muchos años conduciendo con normalidad (hasta 15 años incluso) y en situaciones de estrés personal, laboral o económico empiezan a desarrollar ansiedad que vuelcan en el volante. Este constituye el grupo más importante de fóbicos a la conducción.

Personas que han sufrido un accidente de tráfico grave y desarrollan miedo a volver a conducir. Es un tipo también habitual y que puede estar unido al síndrome de estrés postraumático.

Los factores de riesgo que pueden causar este pánico al volante son el estrés, problemas de autoestima, ansiedad y rasgos de personalidad como la autoexigencia. 

Si no se consigue controlar esta situación, la persona deja de hacerlo o se restringe a zonas urbanas y lugares más concretos para no conducir. Los expertos aconsejan que una buena solución sería acudir a una terapia o consulta médica.

Pero, también inisiten en que cuando una persona aprende a conducir no sólo debería aprender los aspectos técnicos del coche sino también cómo gestionar las emociones y adquirir autoconfianza al volante.