En el momento que la norma entre en vigor, los centros comerciales que tengan una superficie superior a los 2.500 metros cuadrados deberán contar con un desfibriladores obligatoriamente, al igual que los locales e instalaciones en los que se desarrollen espectáculos públicos y actividades recreativas con aforo para más de 750 personas.

Deberán de cumplir la normativa las instalaciones deportivas por las que transiten más de 500 personas al día y las estaciones de avión, barco, tren y autobuses de poblaciones de más de 50.000 habitantes.

"La mayoría de las muertes evitables se deben a enfermedades coronarias y se producen en medios fuera del hospital, suendo la fibrilación auricular la responsable de hasta un 85% de las paradas cardíacas extrahospitalarias", afirma la consejería en el decreto.

Según vayan incluyendo los desfibriladores, las entidades deberán formar al personal para su uso y ocuparse de las revisiones que requiera el aparato. Por último, deberán informar a la Consejería de Sanidad del lugar en el que se encuentran instalados, para elaborar un mapa con la ubicación de cada desfibrilador.

Iniciativas como esta de la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias son muy importantes ya que acercan la solución al problema ya que, según la Sociedad Española de Cardiología, los desfibriladores aumentan la supervivencia hasta un 75%.