En concreto, en Aragón hay distribuidos un centenar de desfibriladores, automáticos o semiatumáticos. Pero en el campo donde perdió la vida Manuel  no había uno.

Lo más importante es que no hay que tener conocimientos sanitarios para saber utilizarlos.

Siete comunidades autónomas ya se han sumado a la iniciativa de Constantes y Vitales que recoge firmas para la instalación de desfibriladores en espacios públicos. Son Andalucía, Cataluña, Canarias, País Vasco,  Galicia, Madrid y Castilla y León.

Si al lado de cada extintor hubiera un desfibrilador, se podrían salvar más de 4.500 vidas al año. Pero en España sólo contamos con 10.000, una cantidad muy inferior a la de otros países. Por eso, más que nunca, firma para salvar vidas.