El 11 de febrero de cada año se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia: un día proclamado por la ONU para lograr una mayor participación e inclusión de las mujeres y las niñas en las áreas científicas y tecnológicas y luchar contra los estereotipos de género y la falta de referentes femeninos.

Al inicio, el porcentaje de hombres y mujeres entre los investigadores roza la paridad. Sin embargo, en los puestos de mayor responsabilidad -como investigador, científico titular o profesor de investigación-, hay una menor representación femenina.

La importancia de tener referentes femeninos

La falta de referentes femeninos es una de las claves que explica por qué las niñas no se decantan por estas disciplinas. No tienen modelos en los que reflejarse.

Además, a las científicas se les suele atribuir cualidades que hacen que las niñas no se sientan identificadas con estas pioneras. Tanto niños como las niñas imaginan lo que quieren ser en el futuro a través de los ejemplos que encuentran durante la infancia. La falta de referentes femeninos hace que las niñas tengan más difícil imaginarse a sí mismas como profesionales científicas.

Los estereotipos pueden marcar el futuro profesional desde la infancia

Desde los cuatro años, los niños y las niñas conocen los estereotipos de género y los aplican para construir expectativas sesgadas sobre los atributos de los demás, así como de las profesiones que las personas desempeñan. Solo el 24 % de las chicas y el 5,7% de los chicos mencionaron a alguna mujer como su personaje científico favorito en un estudio sobre cultura y percepción de la ciencia.

Las niñas y niños observan y hacen propios, desde los cuatro años, los roles de género y estereotipos que están muy aceptados en la sociedad. Una investigación, publicada en Frontiers in Psychology, quiso conocer en qué medida los esquemas de género estaban presentes en un grupo de niños y niñas.

Conforme se produce el proceso de socialización en los primeros años de vida, niñas y niños seapropian de las normas y los valores culturales en relación al género, internalizando la categoría de “hombre” y “mujer” como un esquema mental que aplican para juzgar a los demás o para elegir compañeros de juego, así como para construir su propia identidad y determinadas expectativas en el ámbito personal, vocacional o laboral.

Cuando, en un estudio, se les pidió a los menores de entre 4 y 9 años que eligiesen entre un grupo de fotos de hombres y mujeres desconocidos, aquellos que les pareciera alguien “muy inteligente”, en el 70% de las veces eligieron a un hombre (adulto o niño) frente a una mujer.

Profesiones marcadas desde edades tempranas

Respecto a las profesiones, casi el 60% de los participantes consideraban por ejemplo que ser policía era algo que “sólo debían realizar los hombres”, frente a la profesión de florista, que según la mitad de los participantes debía ser realizada sólo por las mujeres.

En otra investigación, se realizaron entrevistas individuales a 149 estudiantes de una escuela pública, con edades comprendidas entre los 4 y los 9 años. En ellas, se presentaban distintos tipos de materiales gráficos (fotos de adultos y niños desconocidos, dibujos de profesiones) acompañados de cuestiones dirigidas a analizar su grado de conocimiento y adhesión a los estereotipos de género tradicionales en estas edades.

Las preguntas se basaban en distintas características personales consideradas culturalmente como femeninas (amabilidad, ser presumido) o masculinas (inteligencia, agresividad), así como una serie de profesiones que son vistas tradicionalmente femeninas (enfermera o peluquera) y masculinas (policía o capitán de barco).

Por otro lado, el 24% de las chicas y solo el 5,7% de los chicos mencionaron alguna mujer como su personaje científico favorito, según este estudio sobre cultura científica y percepción subjetiva sobre la ciencia y los científicos.

A la hora de nombrar su científico favorito, el señalado tanto por las chicas como por los chicos fue Albert Einstein, pero la diferencia radica en el segundo más elegido por los estudiantes. Marie Curie es la escogida por las niñas casi al mismo nivel que Albert Einstein. Así 554 chicas eligieron a Einstein frente a 513 que eligieron a Marie Curie. Los chicos, por lo contrario, se decantaron antes por Isaac Newton y por Stephen Hawkins que por Marie Curie. Respecto a los científicos españoles, sólo el 3,2 % de los estudiantes son capaces de nombrar a algún científico español y este es Santiago Ramón y Cajal.

Si bien es cierto que las mujeres han logrado importantes avances en igualdad, aún queda mucho camino por recorrer respecto a los estereotipos establecidos en la sociedad. De hecho, cuando se preguntó a los estudiantes cuál de sus progenitores sabía más de ciencia, tanto ellos como ellas señalaron a los padres frente a las madres.

Además, ante la pregunta sobre los campos científicos de más interés entre los estudiantes: a las chicas les sigue gustando más los temas de salud mientras que para los chicos son las nuevas tecnologías.